```
—Ella es como mucho un zorro con muchos pensamientos, incapaz siquiera de ser una única entidad extraña.
—Tambaleándose hacia afuera, Tong Shu se descuidó de cerrar la puerta tras de sí. Pero incluso con la puerta entreabierta, Tang Yuxin ya no podía salir.
—Movió sus dedos cansados e impotentes. Sus ojos seguían persistentemente incapaces de abrirse.
—Había perdido la cuenta de cuántos días llevaba en este estado.
—La puerta sonó de nuevo, ella lentamente abrió los ojos, viendo a Tong Shu regresar una vez más. ¿Había vuelto para reclamar lo que una vez fue suyo?
—¿No rechazaste aprender las habilidades médicas de nuestra familia Tong? Incluso me desprecias, ¿verdad? —Tong Shu se burló, una aguja sostenida en su mano—. Entonces, hoy te mostraré lo que son las habilidades médicas de la Familia Tong.
—Con un leve chisporroteo, la aguja ya había entrado en la carne.