Justo cuando Shen Bijun estaba a punto de tomar acción, de reojo, vio una cicatriz cerca de su oreja.
En aquel entonces, cuando llevaron a cabo una misión juntos, ella fue sorprendida y emboscada. Fue él quien la empujó a tiempo, recibiendo un cuchillazo por ella.
Ese golpe de cuchillo corría desde al lado de su oreja hasta su cuello.
De haber sido un poco más profundo, habría cortado su arteria carótida, y él habría muerto.
Después se salvó su vida, pero le quedó una gran cicatriz, y desde entonces dejó de llevar el cabello corto y empezó a dejarlo crecer.
Ella recordó que formuló especialmente una pomada para ayudar a curar su cicatriz.
Pero medio año después, la cicatriz no había cambiado en absoluto.
Cuando le preguntó si había usado la medicina o no, él sonrió maliciosamente y dijo —Es solo una cicatriz. No me importa mi apariencia. Además, esta es la marca de cuando salvé tu vida, 518. Recuerda, me debes tu vida.