**Punto de vista de Amber
Uno de los guardias me tira del brazo.
"Vienes conmigo", dice bruscamente.
Me siento desorientado y mareado, por lo que no puedo responder. Ni siquiera sé cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que vi a Dora.
Lo único que sé es que he pasado demasiado tiempo en este lugar. Ojalá Levi pudiera encontrarme, ojalá pudiera salir de aquí.
Al menos la Diosa parece haber escuchado una de mis oraciones. El guardia me lleva a la habitación y me sienta en una de las sillas de respaldo alto. Al principio tardo en reconocer la figura alta que tengo delante, pero poco a poco se vuelve más coherente.
Es su voz la que me hace entender quién es.
“¿Qué le has hecho?” Dice Levi, con un tono de ira contenida en su voz.
“Está bien”, responde Dora, muy cerca de mí. Habla con antipatía y molestia. "Un poco drogado, eso es todo."
"Mi hijo..."
“El niño también está bien”, dice Dora con molestia. “He hecho mi parte. Ahora, haz lo que te digo”.