—Señor, ¿podría comprarme una bebida? —Una mujer con el rostro cubierto de maquillaje se acercó a Basil Jaak, lanzándole una sonrisa coqueta.
Basil extendió sus manos y respondió:
—Mis bebidas son baratas, no estoy seguro si estás acostumbrada a ellas.
—Señor, ¿no ha oído que no todo se trata del vino? —La mujer se rió, tomando asiento frente a Basil y parpadeándole.
¡Bang!
Viendo la escena desde la distancia, Lily sintió una sensación nauseabunda, como si hubiera tragado una mosca. Golpeó su copa de vino sobre la mesa y gritó al camarero:
—¡Tráeme una docena de bebidas!
El camarero preguntó sorprendido:
—Señora, una docena de bebidas definitivamente la emborrachará.
Lily bufó impaciente:
—¿Tiene miedo de que me emborrache y no le pague? ¿Es esto suficiente?
Lily, siendo ostentosa, sacó un fajo de dólares de su bolsa y los azotó sobre la mesa.
El camarero, viendo el comportamiento de Lily, sabiamente guardó silencio. Se inclinó respetuosamente y dijo: