Jessica Flack estuvo al teléfono durante treinta minutos. Cuando regresó a la mesa del comedor, la vista que encontró la dejó perpleja.
Allí estaba Basil Jaak, jugueteando con su copa de vino de manera despreocupada, con el rostro impasible. A la derecha, Lidia, Amanda y Kayson, cada uno con una sonrisa forzada, y enfrente, el grupo de Rex, con las caras enrojecidas y las gargantas apretadas, eructando, con rostros que parecían haber visto un fantasma.
Jessica Flack se volvió hacia Lidia y preguntó:
—Lidia, ¿dónde están Ban y Arno?
—Se fueron al baño buscando a Chen Guo y Kyler —respondió Lidia con una sonrisa amarga—. Chen Guo y Kyler se emborracharon.
Jessica Flack asintió y luego preguntó:
—¿Y Hoffman y Cruz?
Lidia hizo un gesto hacia abajo con su dedo, hacia el suelo.
Jessica Flack preguntó, confundida:
—¿Qué quieres decir?
Basil Jaak apartó el mantel revelando a Hoffman y Cruz sentados en el suelo apoyados en sus sillas, roncando.