—Audaz, cuidadoso y con piel de elefante, ¡el mantra de siete palabras para coquetear con mujeres! —Basil Jaak decidió poner en práctica el mantra de siete palabras de Zoc, así que se levantó al romper el alba, se ocupó en la cocina, y utilizó los recursos limitados que tenía a su disposición al máximo.
A las siete en punto, Xenia Wendleton, con ojos negros, finalmente salió de su habitación y al principio se sorprendió al ver la variedad del desayuno. Después de frotarse los ojos vigorosamente y darse cuenta de que la comida era real, se volvió hacia Basil y preguntó:
—Basil, ¿has invitado a invitados para el desayuno?
—No, somos solo nosotros dos —Basil sacó el último plato y le dedicó una sonrisa a Xenia, la cual él consideraba atractiva.
—Has hecho demasiado. ¿Estás tratando de empacharme hasta la muerte? —Xenia rodó los ojos irritada, pensando en su progreso para perder peso y miró fijamente a Basil.