Después de cenar, Tristan y Bella pasaron la noche en su habitación, acurrucados en la cama mientras ella le contaba sobre el plan matrimonial de su Tía Emma y Archy.
—Esposo, ¿puedes organizar nuestro viaje a la boda? —preguntó Bella.
—Claro, cariño. Yo me encargaré de todo; solo infórmame las fechas exactas. ¿Qué te parece el lugar? ¿Quieres quedarte en un hotel o en una casa? —preguntó Tristan.
Bella pensó por un momento. Ella quería vivir en la casa de sus padres, pero no había suficiente espacio para ella y sus tres hijos. También creía que Tristan traería a su guardaespaldas y asistente. Sin embargo, se sentía incómoda en un hotel.
—Si quieres quedarte en una casa, puedo pedirle a mi gente que acelere la renovación de nuestra nueva casa no muy lejos de la de tus padres —ofreció Tristan. Bella se sorprendió al saber eso.
Inmediatamente se separó de él para poder verlo más claramente. Entrecerró los ojos antes de preguntar, —¿En serio, compraste una casa allí?