-¿No creen que son muchas cosas?-Giyuu contaba todas las cajas una vez que habían vuelto-(Está bien que quiera cortejarme, pero creo que es demasiado)-Le gustaba que Ronin fuese atento, pero ver tantos regalos lo ponía nervioso.
-Deberías abrirlos, mamá-Kanao se acercó a mirar-No podemos dejar todo eso en las cajas. Puede que no se trate solo de ropa. Hay que revisar que tienen las cajas-
-Tienes razón. Deberíamos empezar con las más pequeñas-
-¡Nosotras te ayudamos!-Exclamaron entusiasmadas las niñas.
-Bueno, bueno-Acarició tiernamente las cabezas de sus tres niñas-Agarren cualquiera y colóquenla sobre la cama-
-¡Sí!-Ellas obedecieron, agarrando así tres cajas de las más pequeñas, que casi eran del tamaño de ellas.
-¡Wow!-Sumi llamó la atención de los demás-¡Mamá, mira!-Entonces ella sacó de la caja un hermoso y pequeño kimono de color azul claro que se degradaba a blanco en las mangas y en la falda.
-Qué hermoso-Se acercó a mirarlo mejor-(Pero es muy pequeño...No. Espera...)-Miró a sus hijos-Abran las demás cajas-
-Sí-Todos obedecieron, yendo así a abrir las cajas que agarraban.
Luego de unos minutos, en donde todos abrieron con cuidado las cajas más grandes, Giyuu pudo notar una gran cantidad de kimonos, yukatas, obis y haoris de distintos tamaños y colores. También una excesiva cantidad de pasadores, aretes y collares aparecieron. El omega miró a sus hijos, los cuales miraban asombrados la ropa, notando finalmente que no eran cosas para él, sino para ellos.
Una fina sonrisa adornó su rostro. La vista que estaba teniendo de sus diez pequeños era más que hermosa. Se esperaba que todo eso fuese para él, pero no negaría que su corazón dio un brinco al verlos. Ronin había sido muy amable todo este tiempo con ellos, y esos hermosos regalos solo lo hacían recordar aquella confesión de la noche anterior.
-¿Por qué no van y se los prueban?-Ellos lo miraron sorprendido.
-Pero se ve que la mayoría son cosas para ti-Objetó Inosuke.
-Por favor. Deseo ver bien vestidos a mis hermosos bebés-Ellos sonrieron, pues les encantaba la forma en la que Giyuu los trataba-Ayudaré a las niñas a cambiarse. Vengan mis pequeñas-Nezuko fue la primera en llegar a su lado-Mi bebé. Tu kimono es muy lindo, pero ya es hora de cambiarlo. ¿No te molesta, Tanjiro?-
-No. Ya es hora de que tenga algo nuevo-Le alegraba saber que su hermana tendría un nuevo kimono después de todo.
Luego de aquello, los chicos comenzaron a cambiarse, sintiéndose para nada avergonzados ya que incluso se bañaban juntos. Mientras, Giyuu ayudaba a las niñas a atar los obis. Él peinaba cuidadosamente sus cabellos una por una, siendo la ultima Aoi, quien se avergonzaba un poco por aquellas pequeñas acciones.
-No sientas pena, mi amor-Una sonrisa divertida adornó su rostro-Es normal que haga algo como esto. Tú también cepillas mi cabello-
-Es que...-Rascaba su nuca con nerviosismo-...Es la primera vez que alguien cepilla mi cabello-
-¿Y eso por qué?-Debía admitir que su hija le daba mucha curiosidad.
Aoi no era una chica callada, pero sabía guardarse sus cosas. Ella podía ser una caja de sorpresas si se abría un poco-...Mi madre no tenía tiempo para eso. Ella estaba más preocupada por mi hermana menor, hija del amor de su vida...-Lo ultimó había salido de sus labios con un tono triste-...Ella y yo teníamos dos años de diferencia, pero al ser hija de "alguien que valía la pena"...era más importante para ella-
-Aoi...-
-...Cuando llegue a la Finca Mariposa, le dije a todo el mundo que mi familia había sido asesinada por demonios, cuando en realidad...yo me escapé al no poder soportar más ser tratada como otro mueble en esa casa-Sentándose a un lado de su madre, ella apoyó lentamente su cabeza sobre el regazo de este-...Siempre me he considerado débil. No pude soportar el que mis padres me ignoraran, y no fui capas de seguir siendo cazadora. Tuve mucho miedo de perder mi vida en vano, que terminé convirtiéndome en enfermera...-Una cálida mano pasó por sus azabaches cabellos, peinándolos un poco en el proceso-...Kocho tenía mi respeto y gratitud, ya que ella fue la única en darme una oportunidad...La consideraba mi hermana mayor...-
-Aoi-Las demás miraban preocupadas a su hermana, notando como ella comenzaría a llorar en cualquier momento.
-...Pero ese día...ese maldito día-Agarró con fuerza la ropa de su madre, tratando de calmar su furia por no poder hacer nada más.
-"¡¡¡NO!!! ¡POR FAVOR! ¡¡¡ESO ES DEMACIADO!!! ¡LO SIENTO! ¡¡¡PERDONENME!!!"-
Los gritos de su madre se escuchaban claramente en su cabeza, como si todo aquello fuese algo reciente. Ella lo había visto y escuchado todo. Podía jurar incluso escuchar la risa de quien solía querer. Se sentía tan impotente, débil y estúpida por quedarse allí sin poder hacer nada. Aquel día ahogó muchos gritos, tantos que temía que el Pilar del Sonido la escuchase realmente. Sus manos y piernas temblaban, mientras que su cabeza dolía como los mil infiernos.
-...Mi pequeña...-Giyuu levantaba su rostro con sus manos-...Nada es tu culpa. No es la culpa de nadie-La frente de la menor fue besada con dulzura-...Ellos me hicieron lo que quisieron, sí. Pero ya pasó. Por mucho que quiera, nada de lo que haga en el futuro me hará olvidar lo ocurrido. Las marcas de sus torturas siempre estarán en mi piel. Pero aún así...no pude tener mayor suerte al tenerlos conmigo. Ustedes son mi alegría, mi felicidad. Los amó a todos por igual, y sin duda estoy orgulloso de todo lo han hecho hasta ahora. Ustedes son mi razón de vivir. Y el día en que tenga que irme de este mundo, lloraré más por ustedes que por mí mismo. Dejarlos solos es el mayor de mis temores-Las lágrimas de la pequeña fueron limpiadas con cuidado-...No llores por mí. El pasado pisado. No quiero tener un solo recuerdo de mi bella hija llorando. Quiero ver siempre esa hermosa sonrisa que solo me muestras a mí-
-Mamá...-
-Mi preciosa Aoi...Mamá se encuentra bien, muy bien. Así que no vuelvas a llorar por cosas como esas. Tampoco por un pasado triste. Estamos aquí hoy, todos juntos, como una gran familia. Ustedes son mi familia ahora. Un pasado como ese no puede ser olvidado, pero a cambio, tendrás un feliz futuro-La mejilla de la menor fue acariciada con dulzura-...Mamá te dará una vida feliz y tranquila. En cuanto me recupere, ya no tendrán que preocuparse por nada. Te prometo que en cuanto yo empiece a trabajar, te comprare lo que tú quieras-
-Eso no es necesario, mamá-Su mano se posó sobre la del omega, teniendo más contacto de esa forma-...Te amo, mamá-Giyuu abrió sus ojos de la sorpresa, pues su niña no era muy expresiva-...Gracias por ser tan comprensivo...-Ella lentamente fue apoyándose sobre el plano pecho, creando un cálido abrazo muy necesario en esos momentos.
-...Yo también te amo, mi bebé-Besaba con cariño la cabeza contraría, demostrando todo el amor que tenía para darle, un amor que nunca acabaría, y que solo incrementaba con los días.
♤ La Reina de Los Demonios ♤
-Eres muy amable. Mis hijos se veían muy hermosos esta mañana. No pensé que enviarías cosas para ellos-
-Espero que les hayan gustado sus regalos. Fue un poco difícil, considerando que no puedo darle lo mismo a cada uno. No es fácil consentir a diez niños-
-¿Consentirlos? Se supone que ese es mi trabajo-Se acercó más al mayor, pues ambos estaban sentados en una de las tantas bancas de un parque-...Ellos están muy agradecidos. Ganan bien, pero prefieren juntar el dinero a gastarlo en ropa-
-Ahora que me acuerdo, ¿En que trabajan?-
-Tanjiro, Zenitsu, Senjuro e Inosuke se dedican a vender carbón. Tanjiro ya tiene mucha experiencia en el tema, así que se dedica a enseñarles todo lo que sabe-
-¿Y las chicas? ¿Ellas trabajan o se quedan contigo?-
-Aoi y Kanao trabajan en la clínica que esta aquí cerca. Ellas son muy buena haciendo medicinas y revisando a los pacientes, por lo que les es muy fácil. Naho, Kiyo y Sumi también querían trabajar en la clínica, pero los demás les dijeron que ellas debían de cuidarme. Y a Nezuko la cuido yo-
-¿Cuidarte? Pero te ves muy bien-
-...Eso intento-Lentamente enseñó un bastón que ocultaba entre sus ropas-...Cada día me es más difícil caminar...Ellos están muy preocupados, por lo que intento verme bien. No quiero que las niñas se la pasen cuidándome. Todavía son pequeñas. Ellas deberían estar jugando todo el día en el parque-Justamente la risa de las tres se escuchó a lo lejos, pues estaban muy alegres de jugar junto a sus hermanos.
-...No es bueno que intentes ocultarlo-Su mano tomó lentamente la contraría-...Ellos no son tontos-
-Lo sé...Pero no puedo evitar sentirme como un inútil. Odiaría el día en que tengan que ser ellos los que me bañen-
-...No creo que ellos piensen que eres un inútil. Estoy seguro que se sienten felices de poder ayudar a su madre-
-...-Cruzó sus piernas por sobre la banca, dejando en el suelo las getas que llevaba-...No sé qué es lo que me ocurre...-
-...Puedes decirme si algo te molesta...-Se acercó lentamente hasta unirse en un reconfortante abrazo. Los ojos de Giyuu se aguaron en segundos, correspondiendo el abrazo rápidamente-...¿Qué es lo que pasa? ¿Qué sientes? Cuéntame todo hasta que te sientas liberado-La cabeza del menor era acariciada en un intento de consolarlo.
-...Me siento mal...Me duele todo el cuerpo, y ya casi no soy capaz de moverme por mi cuenta...-Todo eso salía detrás de un llanto ahogado, no deseando preocupar a sus niños-...Tengo miedo de morir. No quiero dejarlos solos. No llevamos mucho como una familia...-Ronin lo abrazaba con mayor fuerza, sintiendo una presión en el pecho por las palabras ajenas-...No quiero morir...No quiero dejar solos a mis niños...No quiero que ellos lloren por alguien como yo-
-...Ellos lloran por ti todo el tiempo. Un hijo llora al ver a sus padres envejecer. Ellos lloran por ti de solo verte así-El abrazo fue incrementando, pues ambos no deseaban soltarse pronto del otro-...No puedes culparlos por querer ayudarte. No pueden simplemente dejarte a tu suerte...-Lo miró a los ojos, causando un pequeño cosquilleo en el pecho y estomago del menor-...Yo también deseo ayudarte. Sé el temor que tienes de ir a un hospital, así que al menos agradece que tienes a quienes se preocupen por ti. Si pudiera ayudarte...si pudiera curarte...lo haría...No soy nadie para pedírtelo, pero en serio necesitas un doctor. Tengo un amigo que podría ayudarte. Él trabaja en la ciudad, pero vendría hasta acá si se lo pidiera-Una tarjeta de presentación fue guardada entre sus ropas-...Escúchame, por favor...Realmente necesitas ayuda. Puedes terminar peor de lo que ya estás...Eres importante para mí. Tanto que no puedo perderte sin haber tratado de ayudarte primero-
-...Lo siento mucho, pero pese a tus palabras, sigo sintiéndome mal. No creo que puedas hacerme pensar otra cosa de mí mismo...-Ambos se separaron finalmente del abrazo, dejando un silencio incómodo en el ambiente.
-...Quiero prometerte algo, pero a cambio, deseo que tu también me hagas una promesa-Le tomó de las manos, mirándolo a los ojos nuevamente.
-¿Qué quieres que te prometa?-
-...Prométeme que iras a un hospital. No importa lo costoso que sea, yo pagare todo-
-¿...Y qué me vas a prometer?-
-...Te prometo que, cualquier cosa que suceda, yo cuidare de los niños-
-¡!-Sus ojos se abrieron de la sorpresa, algo como eso no se lo esperaba-...¿Cómo vas a cuidarlos?-Estaba curioso por todo eso. Nadie prometería así como así cuidar a diez niños de alguien que ni siquiera es su pareja-...¿Cómo siquiera puedes prometer algo como eso?-
-Giyuu...-Sus grandes manos limpiaron delicadamente las lágrimas del omega-...Te dije que eras importante para mí. Ellos también lo son...Los veo como mis hijos...-Su rostro se fue acercando poco a poco al del menor, quien se sonrojó por la corta distancia entre ellos-...Quiero que sean mis hijos...-
-Ronin...-Sus ojos estaban bien abiertos. La distancia entre sus labios era cada vez menor, siendo capaces de sentir la respiración del otro-...Yo...-
-...Y quiero también...-Tomando nuevamente la mano del omega, él besó el dorso de esta-...Que seas mi omega...-
-¡!-Un sonrojo violento cubrió su rostro en segundos.
-No te estoy pidiendo matrimonio. No por el momento. Solo quiero que...me des una oportunidad. Puedo cortejarte hasta volverte mimado, a ti y a los chicos. Quiero que solo vistan lo mejor, y que vivan en un lugar seguro. Quiero que vivan en una gran mansión en donde ustedes darán las ordenes. Quiero que el mundo los escuche y obedezca...Quiero darles todo el mundo-
Las manos de Giyuu temblaron. Sintió como si de verdad le estuviesen dando todo el mundo. Su corazón latía con fuerza, y la respiración se le entrecortó. En su mente solo daban vuelta esas palabras. Sentía que cada cosa que Ronin le diese, fuese imposible o no, sería realmente suyo. Se acababan de dar todo el mundo.
-(Es imposible...)-Le costaba creer en todo eso, pero a la vez le era casi imposible no creerlo-(...Pero...su tono de voz era tan seguro...Es como si realmente me hubiese dado todo el mundo...)-
-(...Es que lo hice)-Sonrió un poco al escuchar los pensamiento del omega-(Acabo de darte todo el mundo, Serás la reina de este mundo)-
-Yo...-Habló finalmente, pues no sabía que decir ante todo eso-...Tendría que primero hablarlo con los chicos-
-Habla con ellos todo lo que tengas que hablar. Puedo darte años incluso solo para que lo pienses. Tienes todo el tiempo que quieras-
-...Gracias, Ronin-Le mostró una dulce sonrisa-Gracias por comprender. Prometo que lo pensaré bien, y te daré mi respuesta lo más pronto posible-
♤ La Reina de Los Demonios ♤
-¿Es usted el señor Tomioka?-Un hombre joven lo había detenido en la puerta de la posada una tarde cualquiera.
-Em...¿Sí?-Estaba un poco nervioso, ya que no lo conocía-¿Necesita algo?-Los chicos lo miraron, estando alerta por cualquier cosa.
-Tenemos un pedido para usted. ¿Le importaría firmar esto?-Le enseñó un portapapeles en el cual había un lápiz amarrado con una cuerda.
-Claro-Firmó con una firma especial para los pedidos como esos-¿Quién lo envía?-
-Es anónimo-Hizo una señal con el brazo a sus compañeros, los cuales estaban parados frente a una camioneta-No podemos dar ese tipo de información. Pero si lee la tarjeta podría saberlo-
-Entiendo, gracias-Miró como los otros dos chicos se iban hasta la parte de atrás de la camioneta a sacar algo-(Debe de ser otro regalo de Ronin. ¿Qué será esta vez?)-Miraba atento, al igual que los chicos.
-Aquí tiene-Los dos jóvenes dejaron frente suyo un gran ramo de camelias de un intenso rojo. Este era muy gigante, tanto que tuvo que ser llevado por dos personas.
-Son más de mil camelias-Aclaró uno de los jóvenes-Usted tiene mucha suerte-Este mismo se trataba de otro omega, ligeramente más pequeño que él-Ya quisiera yo que me enviaran algo como esto. Cuídelas bien-Los tres realizaron una cordial reverencia antes de retirarse, pues tenían más pedidos para ese día.
-Oh...-
-No creo que eso vaya a entrar por la puerta-Inosuke era alejado por las niñas para que no tratara de comérselas-¿En donde las vas a dejar, mamá?-Aoi estaba curiosa por la respuesta.
-...Estoy pensando en eso-Era pleno día y ya tenían un pequeño problema-...-
-Podríamos tratar de desarmar el ramo-Dio la idea Kanao.
-Pero luego no podríamos armarlo de vuelta-Objetó Senjuro-Es fácil desarmarlo, pero volver a dejarlo como estaba sería muy complicado-
-Además de que estaríamos arruinando este trabajo. Se ve que se tomaron su tiempo para hacerlo-Zenitsu miraba el ramo con sorpresa.
-¿Qué piensas hacer, mamá?-Tanjiro olía las camelias, notando un ligero olor a sangre de estas-(...Huelen a Ronin-San)-
-...No lo sé-Estaba feliz por aquel detalle, pero ahora todos tenían un pequeño problema-...No sé qué hacer-
-Nosotras podemos ayudar-Las tres pequeñas llamaron la atención de todos.
-La madre de Sumi era una florista-
-No soy una experta, pero puedo dejarla como estaba originalmente-Explicó la pequeña-Mi madre me enseñó lo que pudo en cuanto tuve la edad suficiente. Recuerdo cada lección-
-Pero...-
-No te preocupes, mamá. No notaras la diferencia. Podemos desarmarlo, llevar las camelias arriba y luego puedo volver a armarlo-
-Pero si todavía no han almorzado-
-Entonces subamos las rosas y luego puedo volver-La pequeña se veía segura de sus habilidades-No tienes que preocuparte de nada, mamá-
-Sí. Puedes confiar en Sumi-
-Sí. Sí-Las tres lo miraron con unas grandes sonrisas.
-...Bueno-Les acarició sus cabezas-Chicos-Miró a Tanjiro y Senjuro-Ayuden a sus hermanas con las camelias. Yo y los demás iremos a por una mesa. No quiero tener que esperar una hora como la última vez-
-¡Sí!-Ambos hicieron el saludo militar, sacándoles una risa a los demás.
-Bien. No se tarden. Ya sé que les gusta, así que cuando vayan ya casi estará lista la comida-
-Gracias, mamá-Ellos sonrieron, pues estaban felices de tener una madre comprensiva y atenta.
♤ La Reina de Los Demonios ♤
-Oh, no-Giyuu golpeó su rostro al ver una montaña de cajas nuevamente en el vestíbulo.
-Oh, sí-Ronin apareció de detrás de las cajas-¿Es demasiado?-
-...Solo creo que vamos a necesitar muebles nuevos-Miraba atónito todo lo que aquel alfa de ojos dorados les había dado nuevamente.
-Son muchos regalos, mamá-Naho señalaba con el dedo la montaña más grande que ella-Ronin-San es muy amable-
-¡Sí!-Afirmaron las otras dos pequeñas.
-¿Verdad que sí?-Sonrió en respuesta, estando muy agradecido por todo lo que sus niños recibían-Díganle gracias a Ronin-San-
-¡Gracias!-Ellas fueron a darle un abrazo, momento en el cual él las levantó con facilidad-¡Muchas gracias, Ronin-San!-
-Todo por estas hermosas pequeñas-Besaba las mejillas de las tres, sacándoles risas por las cosquillas que sentían.
-(Estas niñas)-Mirando a sus otros hijos, notó como ellos no dejaban de sonreír al verlos-(...Ellos están felices y se divierten junto a él. Ronin siempre a sido muy bueno con mis niños...Debo de pensarlo y hablarlo con ellos. Por mucho que les agrade, que él sea su padre no es algo tan sencillo. Espero no causar problemas entre ellos...)-
-Hey, ¿Cómo está la pequeña Nezuko?-La nombrada estaba dormida entre los brazos de su madre, tan pequeña como un bebé, siendo así mucho más fácil aparentar-Hoy también se ve muy linda, al igual que su madre-
-...No digas eso frente a los niños-Estaba ligeramente sonrojado por aquel comentario.
-¿Puedo levantarla?-Ellos lo miraron un poco sorprendido, pues era la primera vez que deseaba hacerlo.
-Claro...-Mirando atentamente las manos del alfa, colocó a la pequeña entre ellos con cuidado-Tienes que tomarla así-Acomodaba los brazos del mayor con cuidado para que Nezuko no despertase-Asegúrate de que su cabeza este levantada. Tienes que ser delicado-
-Entiendo. Es un poco raro-Miraba a la pequeña dormida entre sus brazos-Nunca antes había tomado a un bebé. Supongo que puedo practicar-
-¿Practica_-Un violento sonrojo cubrió su rostro, entendiendo finalmente a lo que Ronin se refería.
-¿Qué pasa, mamá? ¿Tienes fiebre?-Tanjiro se preocupó un poco al ver el rostro rojo del omega mayor.
-Eh...No. No te preocupes-Se rascó la nuca-(Calma. No dejes que tus feromonas se descontrolen por un comentario así)-
-Por cierto-Volvió a llamar la atención de todos-No vine solo a dar regalos y saludar. Los llevaré a un lugar-
-¿En donde?-Preguntaron los nueve a la vez.
-Ya lo verán. Luego los llevaré a comer. ¿Vamos?-Ofreció su mano a Giyuu.
-...Esta bien-Comenzaron a caminar, siendo seguidos por los chicos que también se agarraron de las manos. Una costumbre adoptada luego de comenzar a vivir con Giyuu-...¿No crees que los estás mimando mucho?-Pregunto en susurros.
-¿Olvidaste lo que dije?-Ronin susurró en su oído la respuesta-Quiero darles cada cosa a ustedes hasta volverlos mimados. Deseo que solo reciban lo mejor-La cálida respiración cerca de su oído le provocó un ligero escalofrío por todo su cuerpo. Giyuu se sonrojaba cada vez por las más pequeñas acciones y palabras del mayor-(Es sensible en la zona de las orejas. Eso es algo que debo de recordar)-Anotaba mentalmente cada cosa nueva que descubría del menor, ya que no deseaba olvidar absolutamente nada de su futura reina.
-¿...No crees que haces mucho? No quiero sonar malo, pero no quiero ni pensar en cuánto estarías gastando en cada uno de esos regalos. Me preocupa que estés perdiendo mucho dinero en nosotros...-Le avergonzaba verse como alguien necesitado.
-Eres muy humilde-Dijo de la nada, sorprendiéndolo-Va a ser difícil malcriarte-
-(¡De todo lo que le dije, ¿Solo le importa eso?!)-Estaba atónito-(¡¿Solo eso le importa?!)-
-(Sí)-Se aguanto la risa por su propio pensamiento-No tendremos que caminar mucho. Llegamos a la primera parada-
-¡Wow!-La niñas se emocionaron mucho de ver tres autos de color negro estacionados.
-No quiero que se cansen caminando. Son tres autos para que cinco de ustedes se sienten en cada uno. Su madre y yo iremos en el primero-
-¡¿Qué animales son esos?!-Inosuke trataba de cabecear los autos, acción que avergonzó ligeramente a Giyuu-¡Son muy raros!-
-¡No son animales!-Zenitsu lo sujetaba de la cadera con fuerza al no querer que su hermano menor destrozara algo que no era de ellos.
-Lo siento mucho-Miró avergonzado a Ronin-Inosuke no sale mucho. Algo como un auto lo sorprende mucho-
-No te preocupes. Es encantador a su manera-Le sonrió de manera tranquilizadora-Suban antes de que se haga más tarde-
-Veré si puedo calmarlo-Se acercó un poco hasta su hijo, ayudándose del bastón que había comenzado a usar hace poco tiempo-Cariño-Tomó sus manos con delicadeza-Compórtate-Las venas en su frente se marcaban notablemente, mientras un aura oscura lo rodeaba-¿Sí?-El menor se aterró del rápido cambio en el comportamiento de su madre. Claramente no se pedía que se comportara de una manera amable, sino que sonaba más a una amenaza.
-S-Sí-Se sorprendió a si mismo por contestar de forma entrecortada.
-Muy bien-Cambió rápidamente el semblante-No causen problemas, ¿Sí?-Todos asintieron al mismo tiempo por temor a que se enojara más.
-¡Sí!-Casi hacían el saludo militar con tal de demostrarle que lo escucharían atentamente. Muy atentamente.
-No seas tan duro con ellos-Le ofreció su mano nuevamente-Son niños. Deja que causen los problemas que quieran. Deben divertirse-
-Tienes razón, pero aún así deben de saber-Aceptando la mano contraría con gusto, Ronin lo ayudó a subirse al primer auto.
-Te ves sorprendido-Sonrió un poco luego de ver los hermosos ojos azules del omega iluminados-Este auto es uno nuevo. Recién salido al mercado. Es más lujoso que el anterior-
-Es muy lindo. Y los asientos son cómodos-Dio unos pequeños saltos sobre este mismo-Muy cómodos-
-Me alegra que te guste-Le hizo la señal al conductor para que comenzara a avanzar-Es una suerte que no me encuentre corto de dinero. Es más. Tengo el suficiente para toda esta vida, y la siguiente-
-Usted tiene mucha suerte. Pero aun así no debería estar gastando tanto. Uno nunca sabe cuando puede perderlo todo...-Acomodó un poco su kimono por la zona del cuello-*...Uff, que frío hace*-
-¿Tienes frío? Perdón por no notarlo-Se levantó, yendo un poco rápido a sentarse a su lado.
-¿Qué_-Miró sus hombros luego de notar como algo peludo y cálido era colocado sobre estos-¿Qué es esto?-
-Otro regalo. Pensé que era un buen momento para dártelo. ¿Te gusta?-
-Es...muy hermoso-Un tapado peludo de color blanco lo cubría del frío-Gracias. Es realmente hermoso-Entonces trató de meter sus manos dentro de las mangas, pero no fue capaz de hacerlo. Sus ojos se aguaron un poco, pues no solo ya no podía caminar normal, sino que ahora tampoco podía siquiera mover los brazos-Oh...Lo siento. Debo verme muy inútil ahora-
-Eso no es verdad-Levantando con delicadeza los brazos del menor, ayudándolo así a colocarse con cuidado correctamente el tapado-No sientas pena por algo como esto. Vas a recuperarte. Sé que vas a estar mejor en poco tiempo_-Hablaba amablemente para tratar de hacerlo sentir mejor.
-¡¿Cómo estás tan seguro?!-Lágrimas gruesas rodaron por sus mejillas casi de inmediato-¿Cómo siquiera sabes que voy a estar mejor? ¡No eres nadie para saberlo!-Se cubrió el rostro. Estaba muy desesperado.
Cada día empeoraba más. Ya no podía caminar correctamente, y ahora sus brazos le pesaban. Tenía miedo de ya no poder comer siquiera. No quería ver a sus niños preocupados o tristes por su estado. No quería que lo ayudaran a bañarse, vestirse o incluso comer. Ellos no deberían de porqué estar trabajando para comprar sus medicinas.
Se sentía tan inútil que ya no podía con la rabia que sentía hacia sí mismo. Se odiaba por ser una carga para sus niños. Era una carga inútil. Una persona sin importancia, a quien ya habían marcado su cuerpo de todas las formas posibles. Su cuerpo y alma estaban sucios, y alguien tan amable como Ronin no merecía a un omega inútil, enfermo y sin importancia como él.
Se veía a sí mismo como una molestia andante. No tenía valor alguno. Él no valía nada, y no valdrá nada. Estaba cansado de todo eso-(Quiero morirme ya...No lo puedo soportar más...)-Los sollozos se intensificaban cada vez más. Giyuu temblaba de la rabia, pena e impotencia que llevaba sintiendo desde que se fueron. El malestar que sentía en su cuerpo nunca se iría. Sentía todavía a los malditos gusanos moviéndose por sus entrañas. Los azotes ya curados de su espalda ardían de la nada. Su pene y ano dolían cada que se sentaba o siquiera caminaba. Todavía podía sentir a veces como le impidieron respirar con el pene asqueroso de un alfa asqueroso-...Mierda...-Trató de limpiarse sus lágrimas, deseando no haber molestado al mayor-...Perdón. Sé que quieres ayudarme...pero...-Su labio inferior tembló ante la pena-...Lo sient_-Calló abruptamente. Ronin lo había abrazado de la nada, sorprendiéndolo.
El mayor acarició su cabello en un intento de consolarlo. Besaba su frente y cabeza con cariño, mostrándose comprensivo-...Sé que estás mal. Sé que estás desesperado. Hago lo que puedo para mantenerte feliz. Me aseguró de que ni tú ni los niños pasen frío en las noches. Me aseguró de mantenerlos bien alimentados. Los mantengo entretenidos con cualquier cosa...Y sé que con eso no comenzaras sentirte mejor de la noche a la mañana, pero puedo jurarte que...-Besó su mano con dulzura-...Estaré aquí para ti. No te dejare de la nada. Cualquier cosa que quieras o necesites puedes pedírmelo. Incluso si solo quieres hablar. O tal vez si solo necesites de mi compañía. Puedo estar para ti cada que lo quieras...Puedo quedarme a tu lado por el resto de nuestras vidas, solo si me lo permites...-
-¿...Siquiera viviré más tiempo?-
-Vivirás muchísimos años. Puedo darte tantos años como tu desees-
-¿Y cómo piensas hacer eso? Solo el rey de los demonios podría darme vida eterna-
-Giyuu, yo...-Le tomó la mano nuevamente-...Hay algo que debo deci_-
-Ya llegamos, señor-El auto comenzaba a detenerse lentamente.
-¿...Qué ibas a decirme?-
-...Mejor te lo digo otro día. Ven-Ofreciendo su mano nuevamente, lo ayudó a bajar con cuidado una vez que el mismo chofer les abriera la puerta-Ten cuidado-
-(Me duelen las piernas... Me duelen mucho)-Se quejó bajo ante una punzada repentina-Perdón. Enseguida bajo-
-Ven aquí-Giyuu se sobresaltó luego de que fuera levantado como princesa-No te esfuerces mucho. Trata de descansar un poco. No creo que puedas moverte con ayuda de ese horrible bastón por un tiempo-
-...Lo siento-
-No te disculpes. No tienes la culpa de nada. Es más. Perdóname tú a mí. Sé que no te gusta el contacto físico. Esto debe ser incomodo-
-No...-Ronin se asombró de verlo esconder su rostro entre su cuello-...No me molesta...Quiero quedarme así un rato...-
-...Sí. Puedes hacer lo que quieras-Los chicos, quienes comenzaban a bajar, se sorprendieron de ver a su madre en ese estado.
-¿Qué sucedió?-Aoi fue a revisarlo-¿Qué pasó?-
-Comenzó a sentirse mal. Le duelen mucho las piernas. Lo mantendré así por el momento-Acomodó un poco mejor a Giyuu entre sus grandes brazos-¿Les molesta?-
-No-Respondió Tanjiro en nombre de todos-Usted cuida muy bien de mamá. Le debemos mucho-Estando a nada de inclinarse ante él junto a sus hermanos, la voz de Ronin los interrumpió.
-Ustedes no me deben nada. No hago esto como un favor. Los quiero mucho, y por eso quiero ayudarlos-Les mostró una tranquila sonrisa-Vayamos adentro. Tengo una sorpresa para todos-Sin soltar a Giyuu, guió a los chicos hasta la entrada de una "casa" de un solo piso, que además se veía bastante grande-Este lugar es muy grande. No se separen de mí-Los diez obedecieron. Inosuke estaba sorprendentemente tranquilo. El joven no podía olvidar el pedido/amenaza de su madre. Verlo sentirse peor que antes no mejoró el asunto. No quería causar problemas a su mamá.
-¿...En donde estamos?-Su cabeza comenzaba a doler ligeramente, cosa siendo notada por Ronin.
-Dije que es una sorpresa para todos. No tienes que preocuparte de nada-Pasaban por un largo pasillo, notando así como la pared del lado izquierdo de ellos estaba hecha, en su mayoría, de vidrio-Es un tipo de vidrio, llamado "vidrio esmerilado"-
-Se ve borroso-Señaló Kanao.
-Esa es su función. Fueron hechos para resguardar la privacidad-
-Eso suena increíble-Senjuro miraba todo bastante asombrado.
-¿No es este lugar muy grande?-Tanjiro y Zenitsu miraban curiosos el lugar, captando ambos sonidos y olores combinados un poco raros.
-Jaja. Supongo que sí. Perdón por hacerlos caminar mucho. Ya hemos llegado-Luego de decir lo último, un puerta frente a ellos fue abierta inmediatamente por una señora un poco mayor de aspecto amable.
-Endo-Sama-Ella sonrió en cuanto lo vio, levantándose del suelo-Es un placer volver a tenerlo aquí. Y veo que viene acompañado. Pasen, por favor-Ella realizó una cordial reverencia luego de darles el paso.
Los chicos, junto a su madre, abrieron los ojos de la sorpresa. Un onsen, tradicional y a la vez moderno, los esperaba detrás de la puerta. Habían camas de masaje, puertas que daban a baños especiales y saunas. Además de contar con un área para dormir por unas horas. Estaban sorprendidos, pero lo que más les llamó la atención fue la gran puerta corrediza abierta de par en par, dejando así a la vista las aguas termales iluminadas por faroles y la luz de la luna.
-Les dije que sería una sorpresa-Se alegraba de verlos así a todos-Erika-San-Llamó a la mujer de antes-Traiga a sus mejores asistentes. Quiero que todos reciban el trato más especial que puedan ofrecer-
-Lo que usted desee, Endo-Sama-Realizando nuevamente una cordial reverencia, ella se retiró finalmente.
-No se tardaran nada en venir. Deberían ir a cambiarse mientras tanto-Señalizaba con la cabeza una de las tantas puertas que se veían-Quítense la ropa y déjenla en los cestos que verán. Dentro hay batas de color blanco que pueden usar-
-Pero...¿Y mamá?-Giyuu parecía estar medio dormido, pero seguía sorprendido y atento a las palabras del alfa.
-...Él querrá tener su privacidad. Confíen en mí. Pueden ir a cambiarse-
-...No se preocupen, niños-Les mostró una dulce sonrisa-Ustedes disfruten y agradezcan que estamos aquí. No se preocupen por mamá y relájense-Calmándolos así, ellos obedecieron y fueron a cambiarse.
-Al menos aquí podrán descansar un poco de la rutina-
-Eso es bueno-Frotó un poco su sien.
-¿Quieres que traigan algunas medicinas?-
-De ser posible solo algo para el dolor de cabeza. Pero no pidas nada tan caro-
-Jajajaja. Trataré de aguantarme-Entrando en otra de las habitaciones para cambiarse, Ronin lo sentó finalmente sobre el acolchado asiento de madera-Aquí tienes una bata para que te cambies-Le mostraba una bata blanca que acababa de sacar-Llámame en cuanto estés listo. Estaré afuera por cualquier cosa-
-¿...Vas a irte?-
-Solo estaré afuera por...Oh...-Parecía darse cuenta de algo. Giyuu estaba ligeramente sonrojado, pero también se veía decaído, y se notaba que había algo que quería decirle-¿...Quieres que me quede contigo mientras te cambias, o deseas que te ayude?-
-...Ayúdame...por favor-
Muzan se acercó lentamente hasta Giyuu, quien por la pena que sentía, le había dado la espalda. Comenzó lentamente por quitarle el tapado que le había dado hace poco, siguiendo luego con el hermoso kimono azul que él mismo le había regalado. Notaba la incomodidad del menor, por lo que trataba de ser lo más suave posible, evitando el contacto físico lo mejor que podía. Al comenzar a deslizar el haneri blanco por los hombros del omega, este mismo dio un pequeño salto de los nervios. Quiso continuar, pero la incomodidad de Giyuu lo incomodaba también.
-...No creo que estés en condiciones de seguir así. Puedo ir afuera si te parece bien-Pero en cuanto se disponía a levantarse, las manos del mismo Giyuu lo detuvieron-¿Eh? ¿Qué pasa?-
-...No te vayas...por favor...-Aquello había escapado de sus labios con una dificultad que le sorprendió-...No puedo ocultártelo para siempre...-Volviendo a voltearse, llevó su suelto cabello a un lado, dándole pase libre que continuar-...Siento que...debo de mostrártelo ahora, porque después no seré capaz de hacerlo-
-...Perdón...-Comenzó nuevamente a deslizar el haneri lentamente por esa piel lechosa que llevaba mucho tiempo ansiando besar.
Una de sus manos fue hasta su boca, ahogando el primer grito de terror que a hecho luego de casi mil años. La espalda del omega era un desastre. Esta estaba cubierto de arriba abajo por cicatrices de tonos claros, algunas rosadas y otras ya más oscuras. Estas mismas zonas estaba ligeramente inflamada, además de mostrar como claramente le habían puesto, y quitado eventualmente, algunos puntos.
-...Ellos ya me han visto la espalda miles de veces. No puedo dejar de sentir vergüenza desde que comenzaron a ayudarme a bañarme...No quería que ellos me viesen en ese estado...Estoy vulnerable...Ya ni mantenerme de pie puedo...-
-...-Giyuu se tensó un poco al sentir como una fría mano acariciaba lentamente su espalda.
Ronin era delicado y cauteloso con sus movimientos, tratando de no espantarlo. Acariciaba con sus pulgares las pequeñas cicatrices, que tristemente tampoco podrían ser borradas. Por primera vez en toda su vida, sintió como las lágrimas inundaban sus ojos. Su muerto corazón, que había vuelto a latir gracias a ese bello omega se apretó con fuerza. Una gran cicatriz rojiza en forma de cruz invertida en la espalda de su reina lo enfureció. Su demonio interno, aquel que era salvaje y sanguinario, deseaba salir solo para acabar con aquella maldita organización. Él sabía cada cosa. El espía humano que tenía dentro de la organización le había contado con lujo de detalle todo lo sucedido.
El pobre bastardo había pensado que el rey de los demonios deseaba burlarse, por lo que habló con total confianza como él también había ocupado el cuerpo del omega durante su castigo de tres días colgado para satisfacer sus asquerosas necesidades. Aquel cazador de rango inferior, quién era realmente un traidor, fue encontrado completamente descuartizado en la puerta de la sede, con la frase "Traidor" escrita a base de cortadas en el pecho, a la vista de todos.
-(...Te lo juro, mi reina, que haré arder esa maldita organización. Ellos se arrepentirán de todo lo que te hicieron, y te rogaran a ti por sus vidas...Serás la reina de los demonios. El primero y unico. Haré que cada día te bañes con la sangre de todo aquel que te hizo sufrir...Lo juro por mi propia vida)-Sentenció, firme de su decisión. Esperaría hasta que su futura esposa se encontrase mejor de salud, para juntos poder sumergir al mundo con la maldad de ambos. Su bello omega será la reina del mundo entero. Nadie más tendrá ese poder o título. Los demonios ya no se esconderían más. Incluso si sólo pueden mostrarse de noche, el mundo finalmente conocería de su existencia. Estaba decidido. Nadie más volvería a lastimar a alguno de sus hijos y esposa.
-...Ronin...-Sentía la respiración del alfa sobre su espalda-...Ronin-Lo llamaba, pues ya tenían un rato en esa posición.
-...Lo siento-Se aguantaba las ganas de llorar y de ir en ese mismo momento hasta aquel maldito lugar-...Lo siento tanto...-
-...Tú no tienes la culpa de nada...-Lentamente el mayor fue deslizando sus manos y brazos hasta atraparlo en un abrazo-...No debes disculparte por algo que no es tu culpa...Hice algo por lo cual se me castigó...pero no me arrepiento...-Colocó lentamente sus manos sobre las del mayor, disfrutando poco a poco de aquel cálido contacto-...No sientas pena por mí. Es doloroso, pero puedo soportarlo...Al menos tengo a quienes me ayuden a hacerlo más fácil...-
-Giyuu...-
-...Gracias por quedarte a mi lado...pese a que no deberías hacerlo...Lamento causarte muchos problemas...-
-No eres un problema para mí. Deseo que seas feliz...-Lo abrazó un poco más fuerte, llevando su cabeza hasta el hueco entre el hombro y cuello del menor-...Puedo darte una buena vida...Puedo darles una buena y placentera vida...-
-¿...Por qué lo haces...?-Preguntaba por primera vez-¿...Qué fue lo que llamó tu atención en mi familia...?-Sonaba curioso, y tal vez un poco desesperado. Realmente necesitaba saber el por qué alguien que casi no conocía deseaba ser el padre de aquella rara familia-¿...Por qué...deseas tanto darnos cosas hasta el hartazgo?-
-...Me gustaría decírtelo, pero siento que hay algo más importante que decir primero...Puede que eso no te parezca una buena excusa, pero hay algo más de lo que me gustaría hablarte una vez que te recuperes-
-¿...Por qué solo cuando me recupere?-
-...Porqué así...sabré que estarás bien si decides escapar de mí...-
-¡!-Sus ojos se abrieron de la sorpresa. ¿Escapar de él? ¿A qué se refería?
-...Mejor terminemos aquí. Los chicos podrían pensar cualquier cosa si nos tardamos-
-...Sí-Obedeció sin problema alguno, todavía estando algo sorprendido por aquella respuesta.
♤ La Reina de Los Demonios ♤
-¿Estás inseguro?-Giyuu miraba un poco nervioso la cama de masaje frente suyo-Puedo pedirles que se salten esto. Podemos ir directo a las aguas termales-Pese al sonriente y comprensivo rostro de la mujer que lo atendería, Giyuu no podía estar tranquilo pensando que una completa extraña tocaría su cuerpo-También pueden hacerte el masaje con la bata puesta. No tienes que preocuparte por nada. Solo dime cual es el problema y lo solucionaremos-
-...No-Acomodaba lentamente la bata por la zona del cuello-...Está bien. Puedo hacerlo-
-¿Estás seguro? No quiero que te sientas incómodo o algo-
-...No te preocupes, esta bien-
-Le aseguró que se relajará, Tomioka-Sama-La chica que lo atendería ofreció la cama-Seré lo más suave posible. Si le incomoda puedo detenerme-
-Se lo agradezco. Usted es muy amable-La chica asintió un tanto nerviosa, Muzan detrás de Giyuu le daba una mirada de advertencia, como si le dijese "Un solo problema y ya no la cuentas".
-Recuéstese, por favor. Puede quitarse la bata solo si lo desea-Escuchando a la chica, y mirando de vez en cuando a Ronin, el omega se recostó boca abajo. Su cabeza se adentró al hueco que se encontraba en la misma cama.
-¿Todo bien?-
-Sí. Puedo soportarlo-Se removió un poco en su lugar, acomodándose mejor-...-
-¿Se siente listo para comenzar?-La chica esperaba pacientemente.
-¿...Puedo quitarme la bata?-Ambos se sorprendieron por su pregunta.
-Claro. Solo si usted se siente cómodo-Agarraba un bote nuevo de crema, pues ya sabía que lo usaría.
Lentamente comenzó a deslizar la bata por sobre sus hombros, queriendo no mirar la reacción de ella, al igual que como lo había hecho antes con el alfa. La chica beta ahogó un pequeño grito, mientras que Muzan miró a un lado. Pese a que ya había visto aquella escena hace solo unos minutos, hacerlo de nuevo no cambiaba la sensación que tuvo antes.
-¿...Es muy horrible?-Estaba curioso, no conocía el estado en que se encontraba su espalda-...No sé cómo se ve mi espalda...No he querido verme en todo este tiempo-
-No. No está tan mal. Puedo aplicarle una crema que disminuye las cicatrices. Endo-Sama fue uno de los científicos que ayudaron a crearla-
-Eso suena maravilloso-Río suavemente, sintiendo un poco de confianza finalmente.
Dio un pequeño brinco al sentir la crema helada siendo esparcida por su espalda. La joven beta pasaba sus manos por todas las zonas posibles, calentando la crema en el proceso. Al momento su espalda comenzó a recibir algunos masajes suaves. Debía de admitir que se sintió un poco incomodo, pero luego de un tiempo su cuerpo comenzó a relajarse.
Muzan río al verlo en ese estado, pero también estaba feliz de verlo bien. Miró a la señora encargada del lugar. Un "Gracias" se formó en su boca para ella-No hay de que-Ella miraba igualmente feliz, sabiendo la incomodidad que la futura reina de los demonios tenía-Espero que con esto tenga más confianza. Debería traerlo más seguido para poder tratar de eliminar la mayoría de las cicatrices. Me gustaría que mi futura reina pueda mostrar su espalda con total confianza cuando la moda cambie-
-Si lo logran, cuando gobernemos el mundo serás tú quien cambie el mundo de la moda. También te permitiré confeccionar su vestido de bodas-
-El suyo ya lo tengo preparado. El de mi reina ya lo tengo pensado. Se nota que tiene un buen cuerpo. Le creare algo que haga resaltar sus curvas-
-Hazlo sentir seguro, y serás quien cree todo su guardarropa. No solo la suya, sino que también la mía, y la de nuestros hijos-
-Los jóvenes de cabello rojo y amarillo son unos omegas muy hermosos. Sus kimonos serán bellísimos al igual que los de su madre-
-En ti confío-
♤ La Reina de Los Demonios ♤
-¿Te sientes cómodo?-
-...Sí...-La respuesta lo hizo reír un poco.
-Puedo verlo-Giyuu estaba cómodo, feliz y relajado. Su rostro sonriente y un poco cansado lo demostraba-¿Te parece bien si vamos a las aguas termales? Los niños ya están allí. Deben estar esperándonos desde hace un tiempo-
-¿Tanto tardé en cambiarme y dejar que me masajearan la espalda?-
-...Sí-Sonrió un poco nervioso al omega que llevaba en sus brazos-Pero no te preocupes. Ellos seguramente se la están pasando bien. Deben de estar jugando o algo-
-Qué cruel de nuestra parte dejarlos solos tanto tiempo-
-No es para tanto. Estuve más preocupado del buen trato que estabas recibiendo. Pero me aseguraron que todos tuvieron su buena atención-
-Eso es bueno...-Acomodaba su cabeza sobre el hombro del mayor-...Tú sigues vestido-
-Estuve pendiente de ti en todo momento. Tampoco me cambie cuando estaba contigo para no incomodarte-
-Pobrecito...-Acarició con lentitud el pecho del alfa, centrándose principalmente en la corbata-...Debes estar incómodo de utilizar un traje como este todo el día-
-¡!-Sus pasos casi se detienen de la sorpresa-(¿Se me esta insinuando?)-
-...Lo siento. Mi celo se aproxima, y mi cabeza ya comienza a dar vueltas...-Se sobó un poco la sien.
-...No te preocupes-Su rostro estaba un poco rojo-...Iré a dejarte con los chicos para así poder cambiarme-
-Esta bien...Solo...no te tardes-Lo abrazó un poco, asombrándolo nuevamente.
-...No lo haré. No me tardare-Sonrió un poco al verlo en ese estado. Claramente no se aprovecharía si entraba en un celo prematuro, pero verlo siendo un poco más cariñoso de lo que ya era le alegraba.
Luego de caminar un poco, llegaron hasta unas aguas termales privadas. Eran grandes y los chicos ya se estaban relajando en el lugar. Todos miraron a su madre, quién finalmente llegaba junto a Ronin.
-¡Mamá! ¡Ronin-San!-Ellos sonrieron en cuanto los vieron.
-¡Vengan con nosotros!-Llamaron las niñas-¡Queremos escuchar más historias de Ronin-San!-Los demás rieron bajo ante el entusiasmo de sus tres hermanitas.
-¡Mmm!-Nezuko también se unía a ellas-¡Mmm!-
-Debo de ir a cambiarme primero. Cuiden a su madre por mí mientras-Sentó lentamente a Giyuu en el suelo, dejándolo con los pies sumergidos en el agua-No me tardare. Luego les contare las historias que quieran-
-¡Sí!-Ellas celebraban felices. Realmente le gustaban las historias del alfa.
-Se nota que les agradas. Ellos están felices con tu compañía...-Miraba a sus hijos jugando en el agua completamente felices.
-...Los amo a todos ustedes-Le susurró al oído.
Los bellos ojos azules de Giyuu se abrieron con la sorpresa. Sabía que Ronin los quería mucho, pero no se esperaba que los amara a todos. Pudo jurar como comenzaba a sentir por su estómago un cosquilleo, al igual que en su pecho.
-No me tardo-Se levantó en un movimiento rápido, yendo directamente a cambiarse.
-¡Mami!-Las niñas lo llamaban.
-¡Ven!-Tanjiro, junto a algunos más, estaban sentados sobre las grandes rocas, teniendo toallas blancas cubriendo sus cuerpos.
-...Enseguida-Entonces, despojando su cuerpo nuevamente de la bata blanca, Giyuu comenzó a adentrarse lentamente a las no tan profundas aguas.
La calidez de estas mismas hicieron sentir bien todo su cuerpo. El dolor que tenía desapareció en segundos. Su corazón comenzó a bombear menos sangre, demostrando lo relajado que estaba. Los chicos notaron la comodidad que sentía su madre, por lo que los que estaban jugando se callaron.
-Mamá se ve feliz-Kanao se sentó junto a Senjuro sobre una de las rocas-No recuerdo haber visto una sonrisa como esa antes-
-Es gracias a Ronin-San-Pese a que Giyuu parecía estar durmiéndose, escuchaba atentamente las palabras de sus hijos-Él ha hecho mucho por nosotros. Mamá es feliz junto a Ronin-San-
-¿Mamá y Ronin-San se casaran?-Preguntaron inocentemente las tres niñas.
-Eso ellos lo verán-
-¿Qué es casaran?-Inosuke miraba a sus hermanos mayores con clara curiosidad-¿Se come?-
-No. No es comida-Le aclaró Senjuro-Y se dice, "casarse"-
-¿Entonces qué es?-
-Bueno...-Tanjiro balanceó sus piernas, buscando las palabras correctas con las cuales explicar a su hermano menor-Casarse es...como unirse. Cuando dos personas se aman, se casan para demostrar el amor que se tienen-
-¿Y por qué lo hacen?-
-Cuando amas a alguien, lo que más quieres es pasar tiempo con esa persona. Al casarse, están uniéndose para toda la vida. Cuando una pareja se casa, van a vivir juntos a una casa-Explicó.
-Entiendo...-
-¿Alguna otra pregunta?-
-¿...Eso es necesario?-
-No. Pero es una buena forma de demostrar cuanto amas a alguien-Todos miraron hasta atrás. La voz de su madre los había sorprendido-Cuando alguien se casa, es por el amor que le tiene a la otra persona. Un matrimonio sin amor no lo es realmente. No se puede vivir toda una vida con alguien a quien no amas. Casarse es una decisión importante, tanto, que debes de pensarlo muy bien una vez que se llega a ese momento. Tal vez no sea algo necesario, pero no hay mejor muestra de amor que alguien te proponga matrimonio-
-Mami-Las niñas nadaron hasta él para abrazarlo.
-Mis pequeñas. ¿Se están divirtiendo?-Miraba a todos en busca de una respuesta grupal.
-¡Sí!-Contestaron a la vez.
-Me alegra escuchar eso. Luego debemos agradecerle a Ronin-San-
-Mami-Naho llamó su atención.
-¿Vas a casarte con él?-
-¿Con Ronin-San?-
-...-Se veía sorprendido por aquella pregunta, pero a cambio, solo les mostró una tranquila sonrisa-Justamente de eso quería hablarles-Sin dejar la sonrisa en su rostro, fue a sentarse junto a sus demás hijos-...Quiero decirles algo. Y quiero que me den su opinión una vez que termine de hablar, ¿Si?-Ellos asintieron, escuchando atentamente a su madre-...Hace poco, Ronin pidió mi permiso para comenzar a cortejarme...Yo le dije que sí, y por eso comenzaron a llegar tantos regalos para nosotros a la posada-Ellos se sorprendieron un poco, pues se supone que los regalos de un cortejo son solo para el omega al cual están cortejando-...Le dije que podría aceptar el cortejo, pero para aceptar su amor, ustedes tendrían que aceptarlo primero. Quiero preguntarles ahora, ¿Ustedes quieren que él...sea su padre?-
Ellos se miraron, buscando una respuesta. Claramente les agradaba el hombre, pero no era tan sencillo comenzar a llamarlo "papá" como habían hecho en un principio con su madre-Bueno...-Tanjiro fue el primero en hablar, ganándose la atención tanto de sus hermanos como de su madre-...Yo al principio tenía mis sospechas. Él tiene un olor raro que me ponía nervioso...Pero...luego de hablar con él...me di cuenta que realmente te ama, mamá...Me dijo que somos importantes para él, y que quería que fuéramos felices...Desea darnos una buena vida a todos, y no ha sido más que amable con cada uno de nosotros...Yo...puedo decir que estaría feliz de que se convierta en nuestro padre, pero como siempre, la decisión es tuya, mamá-
-...Tanjiro-Miraba asombrado a su pequeño, el cual se veía más maduro que antes-...Mi niño-Se le acercó, dándole un beso en la frente una vez que aprisionó su carita con sus manos-...¿Y ustedes están de acuerdo?-Esperaba pacientemente las respuestas de sus otros nueve hijos.
-¡Mmm!-Nezuko levantó sus manitas en señal de estar de acuerdo, cosa que le sacó una sonrisa a los demás.
-¡Nosotras también queremos!-Las tres menores sonreían felices de todo, yendo en ese momento a abrazar nuevamente a su madre.
-No parece una mala idea. Él nos agrada mucho-Kanao asintió ante las palabras de Aoi.
-Tú eres feliz a su lado, mamá. Tu opinión es la más importante, pero yo también estoy de acuerdo-Senjuro estaría feliz siempre y cuando su madre y hermanos también lo estén.
-¡Yo quiero comer!-
-¡Jajajajajaja!-Giyuu no pudo aguantar las ganas de reír ante las palabras de su querido Inosuke-Luego iremos a comer, no te preocupes. Jajajajajajaja-
-Mamá...-Ellos estaban sorprendidos. En todos esos meses, nunca antes lo habían escuchado reír. Su madre era una persona cariñosa, pero que se guardaba sus cosas. Escucharlo reírse de esa manera era tan nuevo que casi pensaron que se trataba de otra persona. Pero, aún así, aquella hermosa risa fue acompañada eventualmente por todos.
Esa gran familia de once integrantes, que pronto sería de doce, disfrutaba de todo lo que se les daba. Ninguno de ellos había pensado que luego de escapar de esa forma de aquella organización que tanto daño le había hecho a su amada madre, verlo sonreír y reírse sería una hermosa recompensa. Y todo aquello fue posible gracias a que un hombre comprensivo, amable, y en especial atento llegó hasta sus vidas.
Ellos lo querían, y el que su madre se comenzase a enamorar era algo que los ponía muy felices. Realmente esperaban que aquel hombre que había llegado hasta sus vidas fuese su padre muy pronto.
♤ La Reina de Los Demonios ♤
-¡DETENTE, POR FAVOR! ¡ME DUELE MUCHO! ¡PARA! ¡TE LO SUPLICO!-Genya Shinazugawa rogaba a todos los dioses existentes que su tormento acabara finalmente.
Sus brazos estaban fuertemente atados a su espalda, y el pene de su hermano mayor se adentraba en su sangrante entrada repetidamente con una fuerza descomunal. Su garganta ardía como el infierno, sintiendo así únicamente el metálico sabor de la sangre. Llevaba ya mucho tiempo gritando por ayuda, pero incluso si sus gritos eran escuchados, nadie vendría a ayudarlo.
Se había convertido en el maldito juguete sexual de su hermano mayor, teniendo que satisfacerlo de todas las dolorosas formas existentes cada día. Su cuerpo dolía, y muchas veces ni fue capaz de levantarse para darse un maldito baño. Sanemi no estaba interesado en nada más que en meter su virilidad hasta que la sangre de su hermano gotease y manchase el suelo. Y si Genya ya no era capaz de moverse, lo dejaría en el mismo lugar por días enteros de ser necesario.
-¡YA CALLATE!-Un fuerte puñetazo llegó hasta su vientre desnudo, quitándole así todo el aire-¡Tu maldita voz me molesta! ¡MANTÉN LA BOCA CERRADA O JURÓ QUE YO TE LA CERRARÉ CON HILO Y AGUJA!-Y fue así como la sangre comenzó a escurrir por los labios del menor. Los mordía fuertemente tratando de aguantar lo mejor que podía las ganas de llorar.
Quería que todo acabara pronto. Deseaba que su "hermano" dejase allí tirado su cuerpo como siempre solo para esperar finalmente su muerte. Aquella noche hacía mucho frío, así que al menos podría arrastrarse hasta el pequeño estanque cerca de la propiedad y morir de hipotermia como lo había deseado durante todos esos meses.
Odiaba todo eso, y se odiaba a sí mismo por no ser lo bastante fuerte como para tratar de pelear. Se había convertido en la prostituta de su hermano. No. Ellas tendrían más dignidad y respeto por sí mismas. Estaba seguro de que esas mujeres no soportarían un trato como ese. Se sentía tan asqueado e impotente de sentir placer por algo como eso, y aunque sabía que era una reacción natural del cuerpo, no podía evitar sentirse asqueroso consigo mismo. Y pasado unos minutos, ya ni fuerza le quedaba a su cuerpo. Sus piernas estaban entumecidas, y de su garganta ya no salía sonido alguno. Su vista estaba borrosa, pero puesta en algún punto fuera de la ventana.
Veía las estrellas, tan brillantes, hermosas y distantes, al igual que su difunta madre. Deseaba tocarlas. Deseaba ser parte de ellas una vez que finalmente muriera. Quería volver a brillar. Quería volver a ser feliz.
Las lágrimas rodaban por sus mejillas hasta perderse en sus cabellos. Llevaba meses sin salir por culpa del mayor, y ya ni de su apariencia se había preocupado. Tenía su cabello azabache bastante largo, pero estaba completamente desaliñado, lleno de nudos, y con sangre seca sobre ellos. Había perdido notoria musculatura al no haber entrenado en casi tres meses completos, y la mala alimentación que tenía también era otro factor. Sus labios estaban completamente secos, tanto que sangraban en cuanto habría levemente la boca.
Quería llorar. Quería gritar. Quería pelear. Pero en cuanto lo intentó, eso solo lo empeoró. Su vista estaba más borrosa en uno de sus ojos, tanto que incluso llegó a pensar que terminaría tuerto. Un molesto pitido se escuchaba en sus oídos, que seguramente sangraban al igual que todo su cuerpo. Sentía como su cabeza daba vueltas, dándole a entender que probablemente se estaría desangrando.
Sentía impotencia, pero a la vez un intenso miedo. Quería morir, pero esto también era algo que lo aterraba. Era humano después de todo. Trató de levantarse y arrastrarse hasta su habitación, pero sus brazos flaquearon al igual que sus piernas, solo logrando apenas darle vuelta a su cuerpo. Un quejido de dolor salió de su boca, pero no lo bastante fuerte como para preocuparse por su hermano mayor. Ya no tenía fuerza en los brazos, pero al menos podría tratar nuevamente de arrastrarse usando su sangre para deslizarse.
-(...Mañana Sanemi querrá que limpie todo esto)-Hasta la voz en su cabeza se escuchaba cansada-...Debo...-Seguía arrastrándose como un maldito gusano en el suelo. Era de noche, y su hermano siempre había tenido la mala costumbre de dejar abierta las ventanas.
-¿Qué se supone que haces?-Palideció. No escuchaba bien, pero reconocía esa voz. El Pilar del Sonido estaba detrás suyo, parado mirándolo fijamente. No sabía el porque estaba allí, pero sinceramente, tampoco querría saber.
-...Uzui-Sama...-Tenía la garganta seca, y el solo pronunciar su nombre le había dolido horriblemente-¿Qué... hace aquí...?-Odiaba a ese hombre. Él había sido el maldito que arruinó su vida.
Le había parecido una "divertida" broma emborrachar al Shinazugawa mayor, y darle como reto el acostarse con su propio hermano. Se supone que solo sería por aquella vez, e incluso había perdonado a su hermano mayor. Creyó que él estaría arrepentido de lo que hizo, más, sin embargo, no fue así. Aquel fue el inició de su tormento, y todo por culpa de aquel bastardo que lo miraba con ligera burla ahora.
-No pensé verte de esta forma, Genya-Sonreía con notoria burla, momento en el cual se acercó hasta su cuerpo-Parece que llevaban un buen rato divirtiéndose. No quise interrumpir, así que me quede escuchando-El cuerpo del menor tanto en estatura como edad era levantado sin problema alguno. Genya miraba con profundo odio a quien se hacía llamar un "Dios".
-...¿Qué es lo que quieres?-
-Y pensar que todavía tienes la fuerza para mirarme de esa forma. No lo hagas. Un mocoso que ya llamaba "mamá" al bastardo de Tomioka merece su castigo. Agradece que no hayas tenido nada que ver con su huida, pero eso no te salvó del todo, ¿O sí?-
-...No te atrevas a...mencionar el nombre de mi madre...-
-Y todavía eres capaz de llamarlo mamá. No seas idiota, mocoso. Él te abandonó-
-Él no_-
-¡No lo niegues! Tomioka se fue con todos, menos contigo. Te abandonó. Te dejó aquí para que sufrieras tal y como lo hizo él. De haber sido parte de sus castigos, tal vez te hubieses salvado_-Genya lo calló en cuanto le escupió en la cara. Ya no quería escucharlo. Ni siquiera sabía el porqué había llegado en primer lugar.
-...No te atrevas...¡No vuelvas a decir ni una palabra sobre mi madre! ¡Él escapó, y todo fue culpa de ustedes! ¡Lo lastimaron, y planearon matarlo en cuanto tuvieran la oportunidad! ¡NO ACTÚES COMO UN SANTO AHORA! ¡ESTOY AQUÍ, PERO ES PORQUE FUISTE TÚ QUIÉN ME IMPIDIÓ IR A VERLO EN PRIMER LUGAR!-
-...Bien-Su cuerpo tembló ante el miedo de ver al mayor tan tranquilo. Esa mirada que le estaba dando no era buena.
Uzui Tengen tenía algo en mente, y fuese lo que fuese, Genya temía por su vida.