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Se retorcía y luchaba en sus brazos.
Mo Yesi apretó sus brazos alrededor de ella. —Amor, no te muevas así. ¿Quieres que me te coma aquí mismo en el baño?
Se estaba excitando por la manera en que ella se movía.
Estaba tan cerca de simplemente devorarla, de perder el control sobre sí mismo.
Su voz era demasiado ronca.
Y el jadeo se intensificaba aún más.
Qiao Mianmian levantó la vista con los ojos empañados y vio ese rostro apuesto.
Sus labios estaban apretados y gotas de agua rodaban por su frente.
Por debajo de su frente estaba su alto puente nasal...
Su manzana de Adán también temblaba mientras jadeaba.
Así lucía un hombre tan excitado, tan lleno de deseo...
Qiao Mianmian se sintió un poco mal al ver que parecía estar bastante mal.
Ese hombre era seductor.
Su increíble figura, su aspecto increíble...
Era atractivo en todos los aspectos.