—Su Majestad —un sirviente se inclinó con una expresión respetuosa en su rostro.
Un apuesto hombre de cabello negro miró al sirviente y preguntó con una mirada perezosa en su rostro:
—¿Por qué estás aquí?
—La señorita Allura quiere salir de nuevo en su recorrido —informó el sirviente.
Una pequeña mueca apareció en el rostro de Ricardus:
—¿No fue a su pequeño recorrido hace 2 semanas?
—Así es, Su Majestad, pero ahora la consorte real desea salir nuevamente.
...
Ricardus empezó a pensar.
El sirviente que observaba al rey del reino no pudo evitar negar con la cabeza:
'Todos en el palacio real saben que a la consorte Allura le gusta salir cada semana, sin embargo, aquí está él, sorprendido de que ella quiera salir después de 2 semanas. ¿No debería preocuparse más? ¿Acaso no sabe nada sobre su esposa en absoluto?'
Ricardus, por supuesto, era ajeno a los pensamientos del sirviente:
—Está bien, déjala ir donde quiera, sin embargo, dile que regrese en 2 horas.