```
Ophelia decidió fusionarse con el Fuego Fénix que Erio había liberado frente a ella. Lo devoró sin un segundo de hesitación.
Su cuerpo entero fue envuelto en las llamas ardientes del Fuego Fénix que intentaban quemarla hasta convertirla en ceniza. Sin embargo, en lugar de convertirse en cenizas, Ophelia cerró sus ojos mientras absorbía lentamente el fuego que intentaba devorarla viva.
Varios días pasaron en un abrir y cerrar de ojos y el Fuego Fénix desapareció dentro de su cuerpo así nomás. Una masa negra y apestosa de impurezas fue expulsada por cada poro de su cuerpo y Ophelia tuvo que quemarla hasta el último átomo para asegurarse de que el hedor no perdurara en su cuerpo.