—Esto es. Probablemente este es uno de mis lugares favoritos en el campus —dijo él, mirando a Ashley—. Y ahora quiero compartirlo contigo.
Frente a ellos estaba el gran lago que se encontraba delante de los hangares de algunos departamentos, incluyendo el de Tiro con arco, y era un verdadero oasis de tranquilidad en medio del campus natural alejado de la ciudad. El agua calma reflejaba las estrellas y la luna llena en el cielo, creando un ambiente mágico y encantador. La noche era fresca, pero la suave brisa traía un dulce aroma a tierra del bosque cercano. Klaus y Ashley caminaron hasta llegar a la orilla del lago, y Ashley quedó aún más maravillada por la belleza del lugar.
La orilla del lago opuesta a los hangares estaba cubierta de altos árboles frondosos que proyectaban sombras misteriosas e invitadoras. El sonido del agua golpeando suavemente contra la orilla vacía donde él estaba se acompañaba del croar de algunas ranas y el canto de los grillos nocturnos.