—Entonces, ¿ahora soy simplemente libre para irme? —preguntó Max con una expresión sorprendida, ya que no estaba seguro de si Angakok realmente quería decir que era libre.
—¿Qué es lo que quieres, eh muchacho? ¿Quieres que te alimente con cuchara hasta la Divinidad? Ve a aplastar algunos niveles, participa en la próxima gran guerra, conviértete en un dios con una calificación SSS+, sé el mumbo jumbo vampiro, el campeón del pueblo, toda esa tontería que quieres hacer con tu vida —dijo Angakok mientras despedía a Max como si ya no lo necesitara y este fuera el momento en que ambos tomarían caminos separados.
Max frunció el ceño al escuchar las palabras de Angakok, no entendía por qué Angakok lo haría pasar por todo este infierno si al final solo quería dejarlo ir.