—Uno más en camino —dijo Blake.
Blake hizo una pausa por un momento cuando sintió que uno de los presentes se daba la vuelta y se marchaba. Podía decir que era quien había estado lanzándole miradas asesinas. Se encogió de hombros y continuó adelante hasta llegar a la siguiente montaña. Encontró una saliente que sobresalía del costado y aterrizó en ella. Luego caminó hacia la pared del acantilado y puso su mano en la fresca superficie rocosa antes de enfocar su maná en ella para verificar si podía sentir algo único dentro de la montaña. Este no era un proceso fácil. Tomaría tiempo hacerlo, así que se sentó y cerró los ojos.
Vinea y Mile dudaron por un momento antes de volar y aterrizar detrás de Blake. Mile tenía curiosidad por lo que él estaba haciendo, mientras que Vinea parecía una chica enamorada que no podía apartar sus ojos del hombre que amaba.