—Pequeña Blanca, tenemos invitados, así que, por favor... ¿Rey Frondor? —Blake se dio cuenta de que algo estaba mal. Por alguna razón, el Rey Frondor estaba postrado en el suelo.
—¡Quién iba a pensar que conocería a una diosa zorro! —El Rey Frondor miraba a Pequeña Blanca con una mirada de reverencia.
—¿Diosa zorro? —Blake miró a la Pequeña Blanca, que estaba ocupada restregando su nariz en su cuello y mordiéndolo juguetonamente, y luego a Lillia, quien se encogió de hombros y negó con la cabeza. Nunca había oído hablar de ninguna diosa zorro. —Rey Frondor, lamento decirle, pero Pequeña Blanca es una bestia espiritual.
—¿Una bestia espiritual? —El Rey Frondor se ruborizó. Se dio cuenta de que no podría ser que la diosa de su clan estuviera aquí. Se levantó lentamente y se sacudió las rodillas, e inclinó ligeramente su cabeza. —Me disculpo por una escena tan indecorosa.