El grueso pene de Asher comenzó a entrar en el coño de Naida, apartando sus pliegues.
La vista de él, tan grande y dominante, envió un escalofrío de anticipación a través de ella.
—Hyhn~ No podía evitar maravillarse ante el enorme tamaño de él, sus ojos se abrían de asombro mientras lentamente la penetraba.
—Estás tan apretada... —Asher aspiraba aire a través de su boca placenteramente al sentir su coño apretar su pene, una respuesta refleja ante el tamaño de él. Su aliento se cortó mientras ella lo engullía, su apretado frío exprimiéndolo como un tornillo.
Quería penetrarla despacio y con cariño no solo porque no quería hacerle daño, sino porque también se sentía bien sentir su coño cerrándose alrededor de su pene y adaptándose lentamente a su tamaño.
—Y tú eres… tan grande… Hnn~ —no podía evitar gemir, el sonido bajo y desesperado, mientras el pene de Asher continuaba entrando en ella.