Los dos estaban frente a un edificio de cuatro pisos que era bastante alto y ancho. Estaba débilmente iluminado, pero por las sombras detrás de las ventanas, era bastante obvio que estaba lleno de gente en su interior. Las filas y filas de hombres parados afuera, esperando entrar, eran prueba suficiente de que este edificio era sin duda el punto de encuentro más popular de esta ciudad.
—¿Podremos entrar esta noche? —preguntó Asher, al ver cuántos demonios emocionados esperaban ansiosamente su turno para entrar. Nunca había visto una multitud así por negocios como este.
—Claro, tengo un pase especial, gracias a estar afiliado a la Casa Thorne. Con este pase, puedo traer al menos a otras dos personas conmigo. Así que no te preocupes. Sígueme —dijo Darren con una sonrisa mientras le mostraba una tarjeta plateada a Asher.