William mantuvo su comentario sobre las cúpulas para sí mismo y simplemente entró en un lugar grandioso, uno que parecía un enorme palacio, con diez cúpulas diferentes solo en él, un muro de nivel medio y un gran jardín.
Era todo blanco, como si alguien hubiera usado un gran pincel y dejara una mancha blanca allí. William vio muchas estatuas que describían a los maestros, ya sea entrenando, liberando sus técnicas o luchando contra monstruos.
—Por aquí —Fonda los condujo al interior del masivo palacio, terminando en un enorme salón donde unos treinta otros miembros de la familia real los esperaban.
—¿¡¡¡No quieres ser discípulo directo de ninguno de nosotros?!!! —Esto fue un shock, no solo para los miembros de la familia real aquí presentes, sino también para Tara e incluso para Angélica.