Mientras Anon se adentraba más en el Bosque de las Pesadillas, un único pensamiento ardía ferozmente en su mente.
—Sí, estoy al borde de la victoria. Las expresiones en los rostros de esos cerdos nobles cuando emerja triunfante serán dignas de verse.
De repente, una pantalla azul medio transparente se materializó frente a él.
[Tu alma ha sido invocada al infierno por el Cuarto Dios Demonio, Fremus.]
—¡No, no, no! —El cuerpo de Anon se aflojó mientras perdía la conciencia.
Su mente se sumergió en una dimensión alternativa.
Anon se despertó para encontrarse en el mismo oscuro reino que antes, rodeado de siete pares de ojos resplandecientes.
—Tienes que enviarme de vuelta —suplicó Anon en cuanto recuperó sus sentidos.
—No podemos, pues esto es de máxima importancia —respondió uno de los Dioses Demonio.