—Hermano Anon, esta puede ser nuestra última reunión —dijo Damacus solemnemente, su voz haciendo eco con un toque de tristeza.
—¿Por qué? —preguntó Anon, su expresión denotando sorpresa.
—Bueno, es una regla de la naturaleza. Una vez que ambas partes saben que el otro lado ha desatado sus avatares en la tierra sagrada, solo se da una oportunidad para interactuar con sus dioses, sean los dioses demonio o los dioses santos. No podremos contactarte de ninguna manera una vez que te vayas de aquí. Por eso te hemos convocado hoy, para transmitirte esta información —explicó Damacus, sus ojos llenos de determinación.
Anon asintió, asimilando la gravedad de la situación. —Ya veo. Entonces eso significa que ese tipo también solo tendrá una oportunidad para encontrarse con su dios, ¿verdad?