Rain no podía sacudirse la sensación inquietante que lo sobrecogía al mirar a la figura encapuchada. Era una sensación que resonaba con el aura ominosa que había encontrado cuando se enfrentó al dragón de hielo, pero ahora se intensificaba, enviando escalofríos por su espina dorsal. Esta presencia se sentía aún más peligrosa, un aura de malevolencia que penetraba profundamente en su ser.
Intrigado pero cauteloso, Rain intentó utilizar sus Ojos Mágicos para evaluar la fuerza de la figura misteriosa. Pero antes de que pudiera obtener alguna percepción, el enigmático individuo encapuchado desapareció en el aire, dejando a Rain en un estado de intriga y confusión. El encuentro solo había profundizado el misterio de este personaje desconocido, planteando más preguntas de las que proporcionaba respuestas.
—Hijo de puta... —Rain frunció el ceño—. ¿No eres bastante tímido? Aun así... ¿fue esa teleportación? ¿Sintió mi intención desde esta distancia? ¿Quién demonios era?