—Ustedes tres pueden usar su magia para crear caos en las filas de los enemigos. No tienen que concentrarse en ataques poderosos. Solo los grandes bastarán —explicó Rain—. En cuanto a todos los demás, Mamá, Abuelo y Abuela pueden trabajar en la gestión de recursos y vigilar a los prisioneros si esto lleva más tiempo de lo esperado. Los demás pueden dividirse entre volver a las montañas para vigilar a la gente bestia revisando el área, y también pueden revisar el área en las vías fluviales para aliviar el trabajo de la gente del mar.
Con su plan de batalla establecido y los roles asignados, una nueva determinación recorrió el grupo. Rain y sus camaradas comprendieron totalmente la gravedad de su situación y reconocieron la necesidad de dar su máximo esfuerzo. El enemigo en su puerta no dejaba lugar para la complacencia, y cada segundo contaba.