Después de reflexionar sobre sus pensamientos durante un rato, Rain se dio cuenta de que su enfoque necesitaba ser cuidadoso y sigiloso. Entendió que derribar a alguien como ella requería una estrategia planificada. Contempló la posibilidad de orquestar su caída de una manera que pareciera accidental o trágica, aprovechando su propia fama para sellar su destino. Era un esquema calculado que se basaba en explotar su reputación, una idea que tenía cierta justicia poética según las intenciones de Rain.
—Eso es todo —dijo Branden—. Estaré ocupado en los próximos meses, pero me aseguraré de pasar el mensaje en caso de que piense que deberíamos cambiar nuestros próximos pasos.
—Está bien —dijo Rain mientras pensaba en el futuro que se avecinaba.
Después de que Branden se marchó, Rain comenzó a empacar sus cosas para la misión. No necesitaba mucho, pero era algo que tenía que hacer para asegurarse de no olvidar nada.