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—Está bien, eso es suficiente —dijo Reynold mientras tiraba de Nick hacia atrás por los hombros.
La respiración de Nick se había vuelto extremadamente trabajosa y pesada, pero sus ojos miraban a la casa con puro odio y agresión.
Después de un par de segundos, el cuerpo de Nick se desplomó y su respiración se hizo más profunda.
—Así me gusta —dijo Reynold con una sonrisa burlona al soltar a Nick, quien cayó sobre sus rodillas exhausto.
—Lo hiciste bien, Nick —dijo Reynold con una risa—. ¡De verdad que destrozaste esa casa!
Nick se volvió lentamente para mirar la casa.
Estaba medio derrumbada.
El frente se había colapsado completamente, pero la parte de atrás aún mantenía su altura original.
Nick había golpeado la casa durante media hora y este era el resultado.
Había sido extremadamente agotador, pero Nick había avanzado bastante.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Reynold, poniéndose en cuclillas junto a Nick.
Nick lo pensó un poco mientras miraba la casa.
—Bien —dijo.