TRES DÍAS DESPUÉS
La señora Adler golpeó la puerta con un aliento jadeante. Emmelyn se sorprendió al ver a la anciana regresar del mercado con la cara pálida. Rápidamente asumió que algo debía haber sucedido para obtener una reacción así de su parte.
—¿Qué pasó? —preguntó preocupada a la vieja bruja. Emmelyn estaba supuesta a ir con la vieja bruja al mercado, pero cayó enferma el día anterior y no pudo ir a ningún lado.
La señora Adler le dijo que descansara porque su enfermedad era aparentemente más un asunto de estado mental que de condición física.
La vieja bruja ofreció ir al mercado y comprar algunos ingredientes más para hacer pociones que pudieran ayudarla a dormir sin sueños. Las pesadillas de Emmelyn empeoraban día con día y casi tuvo un colapso mental.
—Princesa... —la señora Adler tomó las manos de Emmelyn y la miró profundamente—. Si te dijera que deberíamos dejar este reino inmediatamente, ¿me escucharías?