—Quiero salir un poco a caminar —Emmelyn se giró hacia un lado y notificó al príncipe.
—¿Por qué quieres salir a caminar? —Mars frunció el ceño—. Hace mucho frío afuera.
—Me siento hinchada y necesito caminar un poco para ayudar con mi digestión —respondió la chica. Le lanzó una mirada de reojo—. Es tu culpa. Pusiste demasiada comida en mi plato.
—¿No dijiste que te morías de hambre antes? —Mars también le dio una mirada de reojo—. ¿Por qué me culpas ahora? Yo no te obligué a comer todo eso.
Emmelyn fingió no escucharlo. Se levantó de su silla y salió del pequeño comedor. Antes de que llegara a la puerta, de repente una chaqueta fue colocada sobre su espalda. Miró hacia atrás y vio que el príncipe estaba poniéndose su propia chaqueta y se preparaba para salir con ella.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó él con curiosidad.
—Yo también necesito salir a caminar —respondió Mars—. Como tú dijiste... es bueno para la digestión.
—Imitador —Emmelyn murmuró entre dientes.