—¿Quieres descansar antes de la cena? —preguntó Marte.
Emmelyn asintió. La chica estaba de hecho un poco cansada después de un largo día de salir. Incluso cazó un conejo y lo cocinó para su almuerzo. Sin embargo, ¡la alegría que sentía hacía que todo el cansancio valiera la pena!
También estaba contenta de que Marte se ofreciera a llevarla a salir de nuevo. Emmelyn sintió que el hombre estaba empezando a entenderla.
Pensar en ello hizo que el pecho de la chica se llenara de nuevo de calidez, a pesar de que la temperatura ya estaba fría.
Sus sentimientos se volvieron melosos. Ahh... esto es malo. ¿Por qué se sentía melosa? ¿Acaso vacilaba?
Uff... Emmelyn se reprendió a sí misma. No debía enamorarse del príncipe heredero del reino de Draec.
No importaba lo bien que Marte la tratara, no cambiaba el hecho de que él era el enemigo de su familia. Esto la ponía en una posición difícil.