Después de la cena, Jia Li y Fu Hua regresaron a su habitación.
—Si mi madre te pide que salgas con ella, dile que no puedes irte sin mi permiso —le dijo Fu Hua a Jia Li después de acomodarse en su escritorio.
Jia Li asintió sin decir nada. Ella había querido preguntar si su relación empeoraría si se negaba, pero vio que no había necesidad de eso.
Jia Li entró en la habitación interior para cambiarse de ropa, y cuando salió unos minutos más tarde, Fu Hua ya estaba sentado en la cama.
Jia Li se detuvo en su paso y echó un vistazo.
Fu Hua sonrió en silencio mientras golpeteaba el espacio a su lado con la palma de su mano izquierda. Era una señal para que Jia Li se acercara.
«¿Cuáles son sus planes?», pensó Jia Li mientras caminaba hacia la cama y se metía bajo el edredón, asegurándose de dejar mucho espacio entre ella y Fu Hua.
Jia Li debe ser muy ingenua, pues pensaba que dejar mucho espacio entre ellos podría impedir que Fu Hua hiciera lo que tenía en mente.