—¿Qué... qué hay de ti, puedo saber un poco sobre tu infancia y un poco sobre tu adultez? —preguntó Jia Li después de armarse de valor para hacerlo.
—No hay nada especial en mi vida, pero ya que preguntas, te contaré un poco sobre ella. Crecí bajo el cuidado y la disciplina de mis abuelos. En aquel entonces, mi padre estaba destinado en otra ciudad debido a su puesto militar. Mi madre no soportaba estar lejos de él durante tanto tiempo, así que dejó que mis abuelos se ocuparan de mí y ella se fue a estar con mi padre. Antes de morir, mi abuela me entregó FJ porque tenía una visión similar a la suya, así que así es como llegué a ser el dueño de FJ.
Al escuchar la historia de su infancia de él, Jia Li llegó a entender la razón por la que él es obediente con el Abuelo Fu.
Acercándose al final de su conversación, Fu Hua le reveló a ella: