—Te veré pronto —dijo Caitlin antes de seguir al mayordomo sin dirigir una palabra a los dos hombres con los que había venido. Alejandro pareció volver a su propio cuarto dejando a Damien y Penny solos.
Damien avanzó para atraer a Penny hacia su abrazo. —¿Qué haces? —ella susurró, mirando hacia la izquierda y derecha para ver si alguien los había sorprendido y en ese momento una criada que apareció en la puerta solo se dio la vuelta y regresó cuando Damien se inclinó para besar a Penny en los labios.
—Te extrañé —él susurró contra sus labios. Sus labios picaron la punta de su nariz haciéndola sonreír. Damien estaba contento de ver que ella no estaba escapando de sus manos y lo estaba acogiendo sin importar dónde y en qué momento estuvieran juntos.
—Yo también te extrañé, gato —ella le respondió antes de corregirse a sí misma—. Espera, no gato. Eres un lobo.