—¿Estado de sueño? —se preguntó Penny para sí misma en su mente. Inicialmente había pensado en preguntarle al padre Antonio sobre ello, pero nunca llegó a hacerlo después de darse cuenta de que el hombre no sabía nada al respecto. Instigar sueños requería habilidad y si uno no seguía el protocolo, no había forma de saber qué le sucedería a la mente de la persona. Porque existía la posibilidad de que los recuerdos presentes se borraran.
—No —escuchó objetar a Damien ante la sugerencia que propuso Alejandro—. Penny puede tomarse su tiempo para encontrar los recuerdos. Ninguno de nosotros tiene prisa por saber qué sucedió en el pasado —sabía las consecuencias de meterse con el destino, especialmente la situación actual donde la mente de Penny estaba delicada—. Antes solo durante el sueño, lo cual era raro, experimentaba el retroceso, pero ahora incluso en la duración más corta de tiempo los recuerdos llegaban a filtrarse, pero nunca estaban completos.