—Penny —la llamó y sus ojos con cuidado se movieron para mirarlo. Algo de la vergüenza y el bochorno todavía estaba allí, aún por evaporarse al contacto de él.
Su mano viajó hasta su tobillo, sosteniéndolo antes de levantarlo en el aire, sobresaltándola y su cuerpo se movió como un pez. Con las manos atadas, intentaba alejarse, queriendo esconderse, pero el agarre de Damien en su tobillo era firme y dijo
—Deja de moverte, Ratón. ¿Qué dije sobre darte placer? Tengo tu mejor interés en cuenta cuando se trata de ti —y ella dejó de moverse. Una pierna en el aire donde Damien la sostenía y la otra que descansaba plana sobre la superficie de la cama, la sintió besar su tobillo ahora.