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—¿Cuál es la tarea? —preguntó curiosamente Yu Pingluo, pasando una mano por su cabello desordenado.
Cuando una de las mujeres se acercó a burlarse de él, él se puso de pie en su desnuda gloria y se dirigió hacia la barra de su suite presidencial de un hotel propiedad de nada más y nada menos que la Corporación Zhao. Debe admitir, sus hoteles siempre tenían la mejor hospitalidad, seguridad y servicios.
Hablando de los Zhao, recordó que la nueva amante de Yang Feng era Zhao Lifei, quien se rumoreaba que era la candidata más probable para heredar la mayor parte de la fortuna y la posición de Zhao Moyao. También era la amiga más cercana de la mujer cuyo rostro recorría su mente como un disco rayado, día y noche. Solo pensar en ella era suficiente para romperle el corazón, obligándole a avanzar tambaleándose hacia la selección de Vodka Ruso.
—Vigila las casas de alta seguridad.