Zhao Lifei emitió un suspiro agotado ante los niños que discutían a ambos lados de ella. Se dirigió a Yang Ruqin y dijo —Qinqin, todos los postres están en una mesa. Podemos ir juntas.
Luego, se giró hacia Yang Feng y preguntó —¿Estás usando los gemelos?
Yang Feng asintió con la cabeza, orgullosamente mostrándoselos —El diamante rojo es un color más oscuro de rojo, pero seguimos combinando.
Zhao Lifei se divirtió con sus palabras. El raro tono del diamante rojo era prácticamente negro en contraste con su rojo llameante.
Solo este tonto enamorado pensaría que están combinando.
Ella apartó un mechón de cabello que se había escapado de su pelo negro y engominado y le recordó —No los uses todos los días.
—Lo sé. Aún tengo la caja que me regalaste hace un tiempo.
Zhao Lifei finalmente recordó su pequeña broma interna — la guerra de regalos. No tenía idea de quién iba ganando ahora.