—La historia de Trigrath, los pensamientos de Kamiko aún.
Trigrath se abría paso entre la multitud. No estaba demasiado mal, pero estaba un poco más concurrido de lo que sería cómodo en esta situación, mientras se dirigía al mostrador de recepción para inscribir a las chicas, Aslena como diseñadora y Kamiko como modelo.
Kamiko, por supuesto, no quería formar parte de esto, pero aún intentaba recuperarse del impacto de cuántas personas había como para quejarse adecuadamente. Su cuerpo estaba firmemente en modo de huida, y lo único que la mantenía de no gritar o hacer una rabieta era su comprensión de que hacer tal cosa en un lugar público era 'algo malo', aunque aún no era lo suficientemente mayor para darse cuenta del porqué en ese momento.