—Señora Neveah, ¿está segura de esto? Su seguridad es de gran importancia y no me atrevo a comprometerla. Si acaso, deje a los cantores de tormenta para mí. No necesita involucrarse más. Las direcciones que ha proporcionado serán suficientes —Eidon todavía debatía la decisión de Neveah.
—Separarnos será más rápido y efectivo que si intentaras derribar a los cinco tú sola y lo sabes.
—Entiendo tu preocupación por mí, Eidon. Pero esto es más importante que mi seguridad en este momento —Neveah insistió mientras se levantaba.
—Menarx no estaría de acuerdo —Eidon respondió sin emoción.
Neveah no tenía palabras para contrarrestar eso, pero no cedería en esto.
Si no se ocupaban a tiempo de los cantores de tormenta, incluso Menarx podría estar en peligro.