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Bing Shui se quedó instantáneamente atónita y con la mandíbula caída de asombro.
¡Había tantos zorros controlados por la mente justo ahora, pero esa chica de cabello azul eliminó a todos ellos con solo un barrido de su mano!
Cuando Bing Shui aún no había despertado de su aturdimiento, la chica de cabello azul de repente flotó en el aire mientras le decía a Bing Shui con un tono despreocupado:
—Mi marca de vasallo solo debería ser otorgada a aquellos que reconozco como dignos de ser mis amigos.
La chica de cabello azul lo pensó un rato y continuó diciendo:
—Claramente no eres digna de ella. Pero... Oh, bien~! Supongo que solo puedo hacer una excepción ya que mi linda Hermana Plata se tomó la molestia de dártela.