Parecía un sueño. Lily estaba junto a la ventana, observando la infinita manta de nieve que se extendía por el paisaje. El mundo exterior parecía congelado en el tiempo, intacto por el ajetreo de la vida. Un mes había pasado en un abrir y cerrar de ojos, y sin embargo, no había sentido aburrimiento ni una sola vez. Estaba segura de que lo haría, a pesar de los interminables libros disponibles. Pero sinceramente, era la presencia de Cai aquí lo que hacía que todo pareciera un gran sueño. El aislamiento de la cabaña, enclavada en las montañas, había sido casi sanador.
Pronto, las tormentas de nieve comenzarían a disminuir, y finalmente podrían hacer el viaje al pequeño pueblo a unas millas de distancia. Pero a pesar de esa perspectiva, un temor silencioso roía a Lily. ¿Y si, cuando la nieve se derritiera, este sueño también se desvaneciera?