Ella hizo un puchero mientras miraba hacia arriba al libro que estaba justo fuera de su alcance. —¿Por qué? ¿Por qué tenía que estar colocado en la estantería tan alto? —Sus dedos... Y encima en semejante desorden. Si no lo hubiera visto, pues este libro clásico habría sido desaprovechado sin ser leído, acumulando polvo aquí en la vieja biblioteca. ¿Quién iba a pensar que el presumido Elijah Frost tendría toda una sección de libros de romance antiguo en su biblioteca? ¡El viejo cascarrabias!