Olivia despertó de su sueño debido al tono estridente de su teléfono celular. Somnolienta, agarró el teléfono de la mesita de noche y contestó, —¿Hola?
Aún atontada por el sueño, le tomó un momento entender lo que la otra persona estaba diciendo, pero su somnolencia desapareció cuando comprendió, —Seb está dormido detrás de ti. Quiero que salgas cuidadosa y silenciosamente de la cama y bajes a tu cocina. No lo despiertes si sabes lo que te conviene... La voz le envió escalofríos por la espalda y lentamente se deslizó fuera de la cama, con cuidado de no hacer ruido que lo despertara.
Mientras caminaba de puntillas hacia la puerta, echó una última mirada preocupada a Seb que dormía y salió por la puerta. Apenas había dado dos pasos cuando se detuvo en seco al ver a dos personas paradas frente a ella. Su apariencia la sobresaltó tanto que casi gritó, pero su boca fue cubierta antes incluso de que pudiera respirar y rápidamente la escoltaron fuera de ahí.