Olivia rodó sus ojos ante las burlas de Seb, una mezcla de molestia y alivio la envolvían, incluso mientras se sentía consciente de su brazo alrededor de ella. —Tú eres el que no estaba aquí cuando me desperté —replicó ella, con un tono juguetón.
Seb sonrió, sus ojos brillando con picardía. —Ah, pero regresé justo a tiempo, ¿no es cierto? Fui a traerte algo de desayuno y volví para ver que habías desaparecido. Sra. B... tu hija va a tomar venganza por ti y ¡me va a volver el cabello gris! —La queja trajo una pequeña sonrisa a los labios de la Sra. Brown mientras los observaba desde su cama. —Ustedes dos siempre han sido así —dijo suavemente, su voz llena de afecto.