"Desesperada y llena de pánico, Lara se lanzó hacia la puerta de la cabaña, sus manos temblando mientras agarraban el pomo de la puerta. Lo giró con todas sus fuerzas, incluso mientras sus dedos luchaban por agarrar el metal frío, pero la puerta permanecía firmemente cerrada.
Sara miró a su madre y trató de moverse, pero permaneció atada y rogó con lágrimas acumulándose en sus ojos —Madre, salva nos a también! ¡Madre! Por favor....
Lara miró a su hija y luego se volvió para mirar al hombre sentado allí. Con una voz temblorosa, suplicó —Por favor, no hagas esto, quienquiera que seas. ¡No tienes que hacer esto! Déjanos ir, y prometo que haré cualquier cosa que quieras. Podemos hablarlo, y haré reparaciones por cualquier cosa que creas que he hecho. No soy responsable de la muerte de Nellie; juro que no le hice nada. No tenía nada que ver con eso.