"Entre el encantador resplandor de las luces de la ciudad, Arabelle y Gabe paseaban de la mano por una pintoresca calle adoquinada, el vibrante atardecer proyectaba tonos cálidos en sus rostros. El aire estaba lleno del suave murmullo de la risa y el ocasional tintineo de copas de los cafés cercanos. El nuevo anillo de compromiso de Arabelle brillaba bajo las farolas, captando la atención de cualquiera que les echase un vistazo.
Gabe, vestido con un traje perfectamente ajustado, no podía evitar mirar a Arabelle con una sonrisa que traicionaba el hecho de que este «pretendido» compromiso tenía un poco más de significado para él.
Arabelle, por otro lado, se mantenía impasible mientras ignoraba el alboroto a su alrededor. Habían forzado a pretender esa noche y no estaba contenta con eso ni iba a fingir estar encantada con él.