—Cariño, no llores. ¿Qué pasó? ¿Hice algo mal? —pregunté, tratando desesperadamente de detener su llanto.
—¿Piensas que me he vuelto estúpida ahora que estoy embarazada?
—¿Qué? ¡No! ¡Nunca pensé eso! ¿Quién te dijo eso?
—Sabes, estoy criando a un niño en mi vientre. Tengo mucho estrés que manejar. Tengo que comer a tiempo para satisfacer mi hambre. Ansío cosas raras y, aunque sé que son cosas raras, las como. Tengo que ir a orinar como cien veces al día. No puedo recoger nada si cae al suelo. No puedo agacharme bien y tengo calambres terribles. Los dolores de espalda son muy normales todos los días ahora. A veces, mi cuello se siente tan pesado y tengo dolores de cabeza. Mis pezones incluso comenzaron a gotear un poco y como es nuevo para mí, me siento muy incómoda. Ese día, mi vestido se manchó en la parte del pezón y Ruby lo notó. Paso por todo esto, ¿y tú me llamas estúpida?