(Desde la perspectiva de Azul)
—Saludos, Su Alteza. He estado esperando por usted. Ah, Su Gracia, la duquesa también está aquí. Es un honor servirle —dijo el diseñador.
Era una mujer alta de constitución delgada. Su cabello marrón estaba recogido en un moño apretado. Sus ojos eran demasiado agudos, lo cual era un poco inquietante.
—Estamos aquí para la prueba del vestido de boda de la novia del maestro de la torre mágica —dije—. Por favor, llévenos a un lugar donde no haya mucha gente. Sería malo si supieran nuestras identidades.
—Sí, por favor, acompañenme —dijo el diseñador.
—Abel, ¿vendrás con nosotros o te quedarás aquí? —pregunté.
—Vendré con ustedes. Es una orden de Su Alteza que debo seguir a Su Alteza donde quiera que vaya —dijo Abel.
—Muy bien entonces —concluí.
Ruby parecía nerviosa. Era de esperarse. Me alegraba que ella pudiera vivenciar este momento ya que para un hombre lobo, sólo sucede una vez en la vida.