[Pov – Unzen]
El sol comenzaba a iluminar suavemente la habitación, filtrándose a través de las cortinas y pintando todo con un tenue resplandor dorado. Dejando que la calidez del momento me envolviera. Las niñas seguían profundamente dormidas, pero sentí el movimiento de Laki a mis pies. Mi pantera, mi compañera fiel, también había despertado.
Con cuidado, me deslizó fuera de la cama, asegurándome de no perturbar el descanso de Hancock, Sandersonia y Marigold. Laki se levantó conmigo, estirándose con pereza antes de acercarse a su amiga. me arrodille, envolviendo a la pantera en un cálido abrazo, acariciando su suave pelaje.
"Gracias, Laki," le susurre, con voz suave pero llena de sinceridad. "No sé qué habría hecho sin ti. Eres increíble."
Laki respondió con un leve ronroneo, rozando su cabeza contra mi pecho, demostrando su afecto. El vínculo entre ambas era fuerte, forjado a través de múltiples enfrentamientos y un profundo respeto mutuo.
Después de un momento de ternura, cerré los ojos, concentrándome en mi Haki de Observación. Al extender mi percepción, sentí tres presencias familiares en el bar cercano: Rayleigh, Shakky, y una tercera figura que no reconoció al instante, pero cuya aura irradiaba sabiduría y autoridad. Intrigada, decidió ir a investigar.
"Vamos, Laki," dije con una sonrisa, guiando a mi amiga pantera hacia la puerta. Con un último vistazo a mis hermanas, me asegure de que estuvieran bien arropadas antes de salir silenciosamente.
Acercándome al bar de Shakky, sabía que el encuentro que estaba por suceder sería importante. Al abrir la puerta, encontré las tres figuras sentadas en una mesa. Rayleigh me observó con su característico aire relajado, mientras Shakky me dedicó una sonrisa acogedora. La tercera figura, una mujer mayor envuelta en un manto de tonos verdes, la miró con ojos llenos de sabiduría y preocupación.
"Así que tú eres Unzen," dijo la mujer, su voz suave pero firme.
Inclinándome respetuosamente. "Sí, señora. ¿Quién es usted?"
"Soy Gloriosa, la exemperatriz de Amazon Lily. He venido a llevarlas de vuelta a casa."
La presencia de Gloriosa transmitía una sensación de seguridad. "Es un placer conocerla, Gloriosa. Gracias por venir."
Gloriosa asintió con una leve sonrisa, pero su expresión pronto se volvió seria. "Rayleigh y Shakky me han informado de lo que ocurrió. Es crucial que regresen a Amazon Lily cuanto antes. La seguridad de ustedes es lo más importante ahora."
Rayleigh intervino, su tono calmado, pero con un toque de determinación. "He hablado con Gloriosa sobre el entrenamiento que planeo darles. Pero primero deberían volver a Amazon Lily"
Asentí, estando de acuerdo con la situación. "En eso estaríamos de acuerdo."
Gloriosa la observó con detenimiento, viendo la determinación en sus ojos. "Tendré que hablar con la emperatriz sobre lo que paso y el entrenamiento que tendrán con Rayleigh."
Asentí, confiando en las palabras de Gloriosa. Sabía que el regreso a Amazon Lily sería solo el comienzo de un nuevo capítulo en nuestras vidas, uno que estaría lleno de desafíos, para eso necesitábamos crecer para proteger a aquello que amábamos.
---------Tres días despues------------
[Pov – 3rd person]
El sol matutino se elevaba lentamente, iluminando las aguas cristalinas del Archipiélago Sabaody. Durante los últimos tres días, el bar de Shakky había sido un refugio seguro para Unzen, Hancock, Sandersonia, Marigold, y su fiel compañera, Laki. A medida que las heridas físicas comenzaban a sanar, también lo hacían las cicatrices emocionales, en gran parte gracias a la cálida presencia de Gloriosa.
Gloriosa, con su sabiduría y experiencia, había dedicado tiempo a conocer a cada una de las niñas. Había llegado al bar con una misión clara: asegurar su bienestar y regresar a Amazon Lily lo antes posible. Pero en estos tres días, había hecho mucho más que eso.
El primer día después de su llegada, Gloriosa decidió conocer a Hancock, Sandersonia y Marigold. Unzen las presentó con orgullo, y aunque las niñas aún estaban algo tímidas y recuperándose del trauma, la presencia de Gloriosa las tranquilizó.
"Así que tú eres Hancock," dijo Gloriosa con una sonrisa cálida mientras estaba frente a la pequeña. Hancock, con su habitual actitud reservada, bajó la mirada por un momento antes de levantarla con curiosidad.
"Sí, señora," respondió Hancock en voz baja, pero con una chispa de interés en sus ojos.
Gloriosa asintió, observando detenidamente a la joven. "Ustedes han pasado por mucho, pero tienen un gran futuro por delante, Hancock. Y tendrás que ser fuerte para apoyar a tus hermanas."
Hancock no respondió de inmediato, pero una ligera sonrisa se formó en sus labios. Las palabras de Gloriosa parecían haber tocado una fibra sensible en su corazón. La conexión entre ambas comenzó a crecer desde ese momento.
Sandersonia y Marigold, aunque más jóvenes y menos formales, también encontraron consuelo en la compañía de Gloriosa. La anciana les hablaba con ternura, interesándose por sus historias y sueños. Les recordó la importancia de la unidad y la fuerza interior, valores que resonaron profundamente en ellas.
Mientras Gloriosa dedicaba su tiempo a conocer y cuidar a las niñas, Rayleigh estaba ocupado en otra tarea vital: preparar un pequeño barco para el viaje de regreso a Amazon Lily. El barco, aunque modesto, estaba siendo equipado con todo lo necesario para un viaje seguro. Rayleigh había pasado horas asegurándose de que la embarcación fuera lo suficientemente robusta para enfrentar cualquier contratiempo en el camino, y lo suficientemente rápida para reducir el tiempo de viaje.
"¿Estás segura de que quieres regresar a Amazon Lily?" le preguntó Rayleigh a Gloriosa mientras trabajaban en los últimos detalles del barco.
Gloriosa, quien había decidido acompañar a Rayleigh al puerto ese día, observó el horizonte con una expresión pensativa. "Talvez al llegar tenga algunos problemas, pero lo hago por las niñas, Amazon Lily es el único lugar donde pueden sanar adecuadamente y llegar a ser más fuertes."
Rayleigh asintió, comprendiendo la preocupación de Gloriosa. "Lo entiendo. Pero recuerda que este mundo no se detiene, y las amenazas son constantes. ."
Gloriosa sonrió levemente. "Confío en que, con tu ayuda, estarán preparadas para lo que venga."
Durante estos días, Unzen aprovechó los momentos de calma para reflexionar. Mientras observaba a Gloriosa interactuar con Hancock, Sandersonia, y Marigold, sintió una profunda gratitud. La exemperatriz no solo las estaba ayudando a sanar, sino que también estaba fortaleciendo el lazo entre ellas y su hogar.
Unzen, por su parte, también había encontrado tiempo para hablar con Rayleigh. Sus conversaciones eran breves pero significativas, centradas en el entrenamiento que pronto comenzaría. Rayleigh había mencionado en más de una ocasión lo crucial que sería para Unzen dominar el Haki en su máximo potencial. Ella lo sabía bien, y aunque la idea de someterse a un entrenamiento riguroso le resultaba emocionante, también comprendía la responsabilidad que implicaba.
Finalmente, al tercer día. El barco estaba listo, y las niñas también. Laki, la fiel pantera, se mantenía cerca de Unzen, observando con ojos atentos los movimientos de todos a su alrededor. Había un aire de anticipación, mezclado con la tristeza de dejar atrás el refugio temporal que habían encontrado en Sabaody.
Gloriosa, con una mirada cálida y maternal, se dirigió a las niñas una vez más. "Es hora de regresar a casa, donde estarán seguras y podrán continuar su camino. Amazon Lily las espera."
Hancock, Sandersonia y Marigold asintieron, cada una con su propio entendimiento de lo que significaba regresar a su isla natal. Sabían que el viaje sería solo el comienzo de una nueva etapa en sus vidas.
Rayleigh, por su parte, se aseguró de que todo estuviera en orden. "El viaje será rápido, pero estén alertas. El mar es impredecible."
Unzen, sintiendo la magnitud del momento, tomó la iniciativa. "Vamos, chicas. Es hora de seguir adelante."
Con esas palabras, el pequeño grupo abordó el barco. Gloriosa y Rayleigh los acompañaron, preparados para enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir en el viaje. Mientras el barco se alejaba del puerto, Sabaody se desvanecía lentamente en el horizonte, y con él, las memorias de los días más difíciles que habían enfrentado hasta ahora.
Pero también sabían que, con cada milla náutica recorrida, se acercaban más a la seguridad de Amazon Lily, y a las nuevas oportunidades y desafíos que el futuro les deparaba.
--------Tiempo después------
A medida que avanzaban hacia el Calm Belt, la atmósfera en el barco cambió. Las aguas calmadas y sin viento eran un claro indicativo de que estaban entrando en una zona peligrosa, un lugar donde los Reyes Marinos reinaban supremos.
Gloriosa, notando la tensión en el aire, decidió tranquilizarlas. "Recuerden, niñas, el Calm Belt es un lugar temido por muchos, pero estamos en buenas manos. Rayleigh no es alguien que se deje intimidar fácilmente."
Rayleigh esbozó una sonrisa confiada. "Eso es cierto. No se preocupen, si nos encontramos con algún Rey Marino, me encargaré de ellos."
Como si sus palabras hubieran invocado a las criaturas, un movimiento en las profundidades del océano llamó la atención de todos. De pronto, un enorme Rey Marino emergió de las aguas, su tamaño descomunal proyectando una sombra sobre el barco. El monstruo rugió, con la intención de atacar, pero Rayleigh permaneció impasible.
"Cuida de las niñas, Gloriosa," dijo Rayleigh antes de levantarse con calma. Su presencia se hizo imponente, y con un movimiento rápido y preciso, lanzó un golpe al aire, imbuido con Haki del Armamento. El ataque cortó el aire y golpeó al Rey Marino con una fuerza devastadora. La criatura, aturdida, se hundió nuevamente en las profundidades, dejando el barco en paz.
Las niñas, aunque impresionadas, no se sorprendieron del todo. Habían oído historias sobre el poder de Rayleigh, pero verlo en acción era otra cosa.
"Eso fue increíble," murmuró Hancock, sus ojos brillando con admiración.
Rayleigh simplemente sonrió. "Solo un poco de práctica, niñas. Algún día, ustedes también podrán hacerlo."
Después de un tiempo navegando por el Calm Belt sin más incidentes, las costas de Amazon Lily comenzaron a aparecer en el horizonte. Sin embargo, antes de que pudieran acercarse más, un barco apareció a la vista. Era un barco de las Piratas Kuja, reconocible por su imponente figura y el emblema de la tribu Kuja ondeando en su vela.
Las piratas, al divisar el pequeño barco, lo rodearon rápidamente, con las armas preparadas. Pero al acercarse y reconocer a las niñas a bordo, sus expresiones cambiaron drásticamente.
"¡Son ellas!" exclamó una de las piratas, señalando hacia el barco. "¡Las niñas han regresado!"
En un abrir y cerrar de ojos, las piratas Kuja se acercaron, ansiosas por ver a las jóvenes. Subieron a bordo y, al verlas, las abrazaron con fuerza, las lágrimas brotando de sus ojos.
"¡Hancock!" "¡Sandersonia!" "¡Marigold!" "¡Unzen!" gritaban las piratas, mientras rodeaban a las niñas con alegría desbordante. "Pensamos que nunca volveríamos a verlas."
Las niñas, abrumadas por la calidez de la bienvenida, sonrieron y correspondieron a los abrazos. A pesar de lo que habían pasado, se sentían aliviadas de estar de vuelta entre las suyas.
Gloriosa, observando la escena con una sonrisa tierna, se acercó a la capitana de las piratas Kuja. "Quiero hablar con la emperatriz en cuanto regresemos a la isla. Hay mucho que debemos discutir."
La capitana asintió respetuosamente. "Por supuesto. La emperatriz debe saber todo lo que ha ocurrido."
Una vez que todos estuvieron a bordo del barco de las Piratas Kuja, el viaje de regreso a Amazon Lily continuó. Rayleigh, quedándose en el pequeño barco que había preparado, siguió a las piratas mientras se dirigían hacia la isla.
Al acercarse a la isla, las enormes puertas mecánicas que protegían Amazon Lily comenzaron a abrirse, revelando la entrada a la mítica isla. Las niñas, al ver su hogar una vez más, sintieron una oleada de emociones. Habían pasado por mucho, pero finalmente estaban de vuelta en el lugar al que pertenecían.
Las Piratas Kuja, con Gloriosa y las niñas a bordo, navegaron con destreza a través de la entrada, seguidas de cerca por Rayleigh en su pequeño barco. Mientras se adentraban en el puerto, las mujeres de Amazon Lily se reunieron para recibir a sus jóvenes guerreras, quienes habían regresado después de una experiencia que cambiaría sus vidas para siempre.
El barco atracó suavemente, y las niñas, acompañadas de Gloriosa y seguidas de Rayleigh, comenzaron a descender. El aire estaba cargado de expectación, y mientras caminaban hacia el corazón de la isla.
El sol brillaba sobre Amazon Lily, y con cada paso que daban, las niñas sentían que, aunque el camino había sido duro, finalmente estaban en casa.
El grupo desembarcó en el puerto de Amazon Lily, donde las mujeres de la isla se reunieron para recibir a las niñas y a sus acompañantes. La emoción era palpable en el aire, y el bullicio de la bienvenida se mezclaba con los sonidos naturales del entorno tropical. Las Piratas Kuja, Gloriosa, Unzen, Hancock, Sandersonia, Marigold, y Rayleigh se dirigieron hacia el imponente palacio de la isla, un símbolo de la autoridad y el poder de Amazon Lily.
El palacio de Amazon Lily, una estructura imponente y majestuosa, se erguía con una presencia dominante sobre la isla. Sus paredes de mármol blanco relucían al sol, las guardianas de la emperatriz les dieron la bienvenida con respeto. El interior del palacio estaba decorado con lujo y elegancia, reflejando la grandeza de su gobernante. Las niñas, aunque exhaustas, no podían evitar sentir una mezcla de emoción y respeto al acercarse al palacio que representaba su hogar.
Las niñas, al ingresar, se sintieron abrumadas por la magnificencia del lugar, pero su atención estaba centrada en la figura que se acercaba a recibirlas. La emperatriz Tritoma, una mujer de porte regio y belleza imponente, se acercó con una mezcla de alegría y preocupación en su rostro. Su cabello largo y oscuro caía en ondas alrededor de su figura, y su presencia irradiaba un aura de autoridad.
"¡Mis queridas niñas! ¡Finalmente han regresado a salvo!" exclamó Tritoma, su voz resonando con alegría genuina. Se acercó rápidamente y abrazó a Hancock, Sandersonia y Marigold, mientras Unzen permanecía a un lado, observando con una mezcla de gratitud y humildad.
Las niñas, emocionadas de ver a su emperatriz y sentir la calidez de su abrazo, correspondieron con lágrimas en los ojos. La experiencia de los últimos días había sido dura, pero el regreso a casa les daba una sensación de paz y seguridad.
"Vamos, venid conmigo," dijo Tritoma, guiándolas fuera del palacio hacia los jardines, donde el aire fresco y el sol reconfortante les darían un merecido descanso. Una vez que las niñas se encontraron en un entorno más relajado y apartado, Tritoma se volvió hacia Gloriosa, su expresión cambiando a una de curiosidad y preocupación.
"Gloriosa," comenzó Tritoma, "necesito saber qué ha sucedido exactamente. ¿Cómo se encontraban las niñas en el Archipiélago Sabaody? ¿Y por qué has traído a un hombre a nuestra isla?"
Gloriosa, sintiendo el peso de las preguntas y el desafío que representaban, tomó una respiración profunda antes de responder. "Emperatriz, las niñas han pasado por muchas pruebas en su viaje. Fueron capturadas por traficantes de esclavos y, gracias a la valentía y la determinación de Unzen, lograron escapar. Durante su escape, se encontraron con Rayleigh y Shakky quienes las ayudaron a esconderse."
Tritoma asintió, escuchando atentamente. "Entiendo que han enfrentado peligros considerables, pero ¿por qué has traído a Rayleigh aquí? Sabes que nuestra política prohíbe la presencia de hombres en la isla."
Gloriosa, con un tono de sinceridad y urgencia, explicó: "Rayleigh es un hombre de gran experiencia y habilidad. Unzen le pidió su ayuda para entrenarla a ella y a las niñas, lo cual considero esencial para su futuro. Sin embargo, entiendo la preocupación que esto puede causar."
Tritoma frunció el ceño, considerando la situación. "Entiendo la necesidad de fortalecer a nuestras jóvenes guerreras, pero también debo asegurarme de que nuestras reglas y tradiciones se respeten. Debemos encontrar una solución que satisfaga ambas necesidades."
Durante la semana siguiente, las niñas se tomaron un merecido descanso en el palacio. El tiempo se dedicó a la recuperación física y emocional, y Tritoma se aseguró de que estuvieran bien cuidadas y atendidas. La emperatriz, al ver cómo las jóvenes guerreras se recuperaban, decidió abordar el asunto de Rayleigh de manera directa.
Una tarde, Tritoma convocó a Rayleigh a sus oficinas privadas. La emperatriz, con una mirada seria, se dirigió a él mientras se sentaba en su trono, su postura dominante subrayando la importancia de la conversación.
"Rayleigh," comenzó Tritoma, "he considerado cuidadosamente tu petición y el estado de las niñas. Aunque aprecio tu disposición para entrenarlas, debo recordarte que nuestra isla tiene políticas estrictas respecto a la presencia de hombres. No podemos hacer excepciones, incluso por el bien de nuestras jóvenes."
Rayleigh, comprendiendo la seriedad de la situación, asintió con respeto. "Lo entiendo, emperatriz. Aprecio la oportunidad que me han dado para ayudar, pero también entiendo y respeto sus tradiciones."
Tritoma, aliviada por la comprensión de Rayleigh, continuó. "Hay una isla al noroeste de Amazon Lily llamada Rusukaina. Es un lugar adecuado para el entrenamiento, ya que presenta desafíos únicos debido a su clima cambiante y la variedad de bestias que habitan allí. Además, mantiene una distancia segura de nuestra isla. Si aceptas entrenarlas allí, podremos asegurar que continúen su desarrollo sin contradecir nuestras políticas."
Rayleigh, reconociendo la sabiduría en la propuesta, asintió. "Rusukaina suena como un lugar ideal. Aceptaré entrenarlas allí y me aseguraré de prepararlas para cuando salgan al mundo."
Mientras las niñas continuaban descansando y preparándose para su próximo entrenamiento, Gloriosa tuvo una conversación privada con Tritoma. La emperatriz, con una expresión contemplativa, se dirigió a Gloriosa con una mezcla de firmeza y compasión.
"Gloriosa," comenzó Tritoma, "debo considerar la seriedad de tu abandono de la nación. Sin embargo, también veo el sacrificio que has hecho por el bien de las niñas. Has regresado con ellas a salvo y has demostrado tu lealtad a nuestra gente."
Gloriosa, con humildad, bajó la cabeza. "Emperatriz, entiendo que he cometido un error al abandonar mi deber."
Tritoma, después de un momento de reflexión, habló con decisión. "Te perdono por tu error. El sacrificio que has hecho y tu valentía al regresar son pruebas de tu dedicación. Sin embargo, debes recordar que el deber hacia nuestra nación siempre debe ser lo primero. A partir de ahora, asegúrate de cumplir con tus responsabilidades con la misma determinación que has mostrado al regresar con las niñas."
Gloriosa, aliviada por el perdón de la emperatriz, inclinó la cabeza con respeto. "Gracias, Emperatriz. Agradezco su comprensión y prometo cumplir con mis responsabilidades de ahora en adelante."
Con el perdón de Gloriosa y la decisión sobre el entrenamiento de las niñas tomada, el ambiente en el palacio se relajó. Las niñas, que ya se sentían renovadas después de su descanso, se prepararon para el próximo capítulo de su viaje.
Con las niñas completamente recuperadas, las Piratas Kuja ayudaron a organizar el transporte para el viaje a Rusukaina. Mientras se preparaban para partir, Gloriosa, Rayleigh y las niñas se despidieron de Tritoma, agradeciendo por su apoyo y comprensión.
Rayleigh, alistando su equipo y revisando los suministros, dio una última instrucción a las niñas. "Cuando lleguemos a Rusukaina, prepárense para enfrentar un entorno desafiante. El entrenamiento será intenso, pero les ayudará a crecer más allá de sus límites. Aprovechen al máximo esta oportunidad."
Las niñas, con una determinación renovada y un sentido de propósito, abordaron el barco que las llevaría a Rusukaina, listas para enfrentar los desafíos que les esperaban. Con Gloriosa y Rayleigh a su lado, sabían que su viaje estaba lejos de haber terminado, pero también estaban listas para enfrentar lo que viniera, con la esperanza de un futuro más fuerte y brillante.
[Pov – Hancock]
El sol se alzaba lentamente sobre el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y dorados mientras nuestro barco avanzaba hacia Rusukaina. Me recosté en la cubierta, sintiendo el vaivén suave del mar y el fresco aire en mi rostro. Aunque el viaje hacia la isla estaba siendo tranquilo en comparación con lo que habíamos atravesado, mi mente estaba en constante movimiento, reviviendo los eventos recientes y reflexionando sobre lo que vendría.
Mi mirada se posó en el horizonte, donde la silueta de Rusukaina comenzaba a hacerse visible. Pensé en todo lo que habíamos pasado: la captura, el escape, el enfrentamiento con los traficantes de esclavos, el casi ver morir a Unzen y, finalmente, el encuentro con Rayleigh y Gloriosa. Todo había sido abrumador, pero también revelador. Habíamos superado pruebas que nos habían cambiado para siempre.
Recordé la noche en que llegamos al Archipiélago Sabaody, el alivio de estar a salvo, pero también el dolor de ver a Unzen herida. Fue un recordatorio doloroso de cuán peligroso era el mundo fuera de Amazon Lily y lo importante que era estar preparadas para enfrentarlo.
Miré a Unzen, que estaba sentada cerca, conversando con Rayleigh sobre el entrenamiento que se avecinaba. Su determinación y su espíritu indomable me inspiraban. Ella siempre había sido fuerte, pero lo que había hecho por nosotros, enfrentando tanto peligro para rescatarnos, me hizo admirarla y amarla aún más. Me di cuenta de que no podía quedarme atrás; tenía que ser tan fuerte como ella, si no más. Necesitaba ser capaz de ayudarla a ella y a proteger a nuestras hermanas, Sandersonia y Marigold.
Mientras observaba a mis hermanas jugando y riendo entre sí, sentí una oleada de gratitud y amor. No podía permitir que nada les hiciera daño. Si algo le sucedía a cualquiera de ellas, no sabría cómo seguir adelante. La responsabilidad de protegerlas recaía en mí tanto como en Unzen. Por eso, el entrenamiento en Rusukaina no era solo una oportunidad para mejorar nuestras habilidades, sino una necesidad para asegurar nuestra seguridad futura.
El ambiente en el barco era tranquilo, pero también cargado de una energía expectante. Sabíamos que la isla que se acercaba no sería fácil. Rusukaina era famosa por su clima impredecible y su fauna peligrosa. Pero también era un lugar donde podríamos empujar nuestros límites y fortalecer nuestras habilidades.
Pensé en lo que Tritoma había dicho sobre Rusukaina: un lugar con 48 estaciones al año y habitado por diversas especies de bestias. No tenía dudas de que sería un desafío enorme, pero era precisamente ese tipo de desafíos los que necesitábamos para crecer. Si podía enfrentar lo que Rusukaina tenía para ofrecer y salir victoriosa, entonces estaría mejor equipada para enfrentar cualquier cosa que el mundo pudiera lanzar hacia nosotros.
Miré a Unzen de nuevo, notando su determinación en cada movimiento que hacía. Ella estaba lista para lo que viniera, y yo no podía quedarme atrás. Si quería ser de ayuda, si quería proteger a quienes amaba, tenía que esforzarme al máximo. Tenía que convertirme en una guerrera aún más fuerte y más resiliente, para que no solo pudiera proteger a mis hermanas, sino también estar a la altura de las circunstancias y de las expectativas de quienes confiaban en nosotros.
Con una determinación renovada, me levanté y me acerqué a Unzen. "Unzen," dije, capturando su atención con una sonrisa decidida. "Vamos a hacer esto. Vamos a convertirnos en más fuertes, no solo para nosotros, sino para proteger a todas las personas que amamos. Te prometo que no te defraudaré."
Ella me miró con una mezcla de sorpresa y gratitud. "Lo sé, Hancock. Y yo tampoco te defraudaré."
Sentí un calor en el pecho al escuchar sus palabras, una promesa silenciosa de lealtad y apoyo mutuo. Con cada ola que rompía contra el casco del barco, sentía que nos acercábamos a un nuevo capítulo en nuestras vidas, una oportunidad para enfrentar desafíos y superarnos a nosotras mismas.
El viaje a Rusukaina no fue tan largo, llegando cerca a la isla el barco comenzó a reducir la velocidad mientras se acercaba a la costa rocosa de Rusukaina. El aire se volvía más húmedo y denso, cargado con un aroma exótico y salvaje que indicaba que estábamos a punto de ingresar a un entorno muy diferente al de Amazon Lily. La isla se alzaba ante nosotros, una masa de verde intenso y montañas escarpadas, bordeada por aguas oscuras y turbulentas.
Rayleigh, al frente, nos informó sobre la isla mientras avanzábamos. "Rusukaina tiene una historia interesante," comenzó, su voz resonando en la calma del entorno. "En el pasado, aquí existió un país próspero, pero la isla se volvió tan peligrosa que los habitantes no pudieron sobrevivir. La fauna local es increíblemente agresiva, y el clima cambia de manera drástica. La única zona segura es un enorme árbol en el centro de la isla. Los animales evitan esa área, por lo que podemos dejar nuestras cosas allí mientras nos adaptamos a las condiciones de la isla."
Nos movimos con cuidado, la jungla alrededor era densa y llena de sonidos desconocidos. A medida que avanzábamos, Unzen se detuvo abruptamente, su rostro enmarcado por una expresión de concentración intensa. Sentí que había algo en el aire, una sensación inquietante que se mezclaba con el ambiente.
"¿Unzen?" pregunté, mirando hacia ella mientras sus ojos se enfocaban en algo en la distancia.
"Es como si algo me estuviera llamando," respondió ella, su voz casi en un susurro.
Rayleigh frunció el ceño, pero asintió. "Mantente alerta, Unzen. No sabemos qué tipo de bestia puede haber en esta isla."
Unzen nos condujo hacia el origen de la sensación, y pronto llegamos a un gran árbol antiguo. Sus ramas se extendían como una red protectora, y algo brillante llamó nuestra atención entre el follaje denso. Allí, en el suelo, al pie del árbol, había una fruta del diablo.
Unzen se acercó a la fruta con un aire de trance. La fruta era una mezcla de tonos dorados y verdes, con una apariencia fascinante y casi hipnótica. Sin dudarlo, Unzen la tomó con manos temblorosas y, en un acto impulsivo, la llevó a su boca y la devoró.
En ese instante, la atmósfera cambió drásticamente. Unzen comenzó a convulsionar y su cuerpo comenzó a cambiar de manera dramática. su forma comenzó a transformarse, y en lugar de la joven que conocíamos, apareció un enorme dragón de escamas blancas, sus escamas brillantes y alas enormes que se extendían con majestuosidad. La transformación había sido tan repentina que Rayleigh, Gloriosa y las demás nos quedamos paralizados por la sorpresa y el miedo.
El dragón rugió con un estruendo que hizo temblar el suelo, y el ambiente se llenó de una presión aplastante. La transformación de Unzen parecía haberla llevado al límite de su control, y parece que su razón había desaparecido, reemplazada por un instinto feroz.
"¡Manteneos atrás!" gritó Rayleigh, desenvainando su espada con rapidez.
Rayleigh se enfrentó al dragón con determinación, bloqueando los ataques de sus garras y sus feroces embestidas. El dragón luchaba con una fuerza inhumana, sus movimientos eran descontrolados, pero extremadamente poderosos. La batalla se desató con furia, el dragón lanzando llamas y ataques devastadores, mientras Rayleigh respondía con movimientos ágiles y precisos, protegiendo a las demás.
El combate continuó durante lo que pareció una eternidad. Rayleigh esquivaba y contraatacaba con una habilidad maestra, intentando no solo proteger a las demás, sino también calmar a Unzen. Cada golpe de su espada parecía ser un intento de devolver a Unzen a su estado original, mientras el dragón seguía luchando con desesperación.
Finalmente, después de una serie de ataques intensos y un esfuerzo titánico, Rayleigh logró asestar un golpe decisivo. Con un último rugido, el dragón colapsó en el suelo, su forma cambiando lentamente mientras la transformación se revertía. Unzen volvió a su forma humana, y yacía inconsciente en el suelo, exhausta y herida.
El silencio cayó sobre el área, roto solo por el sonido de nuestras respiraciones agitadas y el susurro de las hojas moviéndose con el viento. Rayleigh, visiblemente cansado, se acercó a Unzen y verificó su estado. La expresión en su rostro era una mezcla de preocupación y alivio.
"Está inconsciente, pero parece que su vida no corre peligro," dijo Rayleigh, su voz grave y cansada. "Vamos a llevarla al árbol, para que podamos cuidarla mientras se recupera."
Con cuidado, levantamos a Unzen y la transportamos al área segura alrededor del enorme árbol. Allí, prepararemos un lugar cómodo para ella y nos aseguraremos de que esté lo más protegida posible mientras se recupera de la batalla y de los efectos de la fruta del diablo.
Gloriosa, con un gesto preocupado, se acercó a Rayleigh. "¿Qué pasó exactamente con la fruta del diablo que comió Unzen? ¿Qué efecto tiene?"
Rayleigh se volvió hacia ella, agotado, pero aún alerta. "Tiene que ser una Zoan Mítica. Pero no estoy seguro de qué fruta era exactamente, pero algunas frutas del diablo tienen efectos impredecibles y poderosos. Es evidente que esta le otorgó el poder de transformarse en un dragón, pero parece que también desestabilizó su mente. Necesitamos estar atentos para asegurarnos de que no haya más efectos secundarios."
Mientras nos asentábamos alrededor de Unzen, esperando a que despertara y recuperara el sentido, la tensión de la batalla aún pesaba en el aire. El futuro de nuestro entrenamiento en Rusukaina estaba ahora lleno de incertidumbre, pero al menos sabíamos que, mientras estuviéramos juntas, podríamos enfrentar cualquier desafío que se nos presentara.
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Si encuentran algun error o algo que mejorar en el capitulo comentenme de manera respetuosa. ya que estoy tratando de mejorar en la escritura.