El aire volvió a llenarse de silencio.
La persona del otro lado del teléfono estaba sorprendida, su boca temblaba ligeramente:
—Señorita, ¿qué cree que deberíamos hacer con este pedido? Nosotros somos...
Los ojos de Xaviera se estrecharon ligeramente. Zara Woods era realmente terca. No solo me envenenó, sino que también quiso contratar a alguien para asesinarme, por miedo a que pudiera sobrevivir.
Desafortunadamente... La señorita Woods tiene muy mala suerte. El veneno que usó fue desarrollado personalmente por ella, y el asesino que contrató también era su subordinado.
Xaviera fue al grano:
—¡Acepten!
—Esto...
—Ella quiere matarme. Si lo rechazan, contratará a alguien más para que lo haga. Mejor usar a nuestra propia gente, así podemos estar tranquilos.
...
Por otro lado, Zara recibió un mensaje de texto en su teléfono, con solo un gesto de OK por parte del otro.
Sonrió triunfante, esperando en silencio la noticia de la muerte de Xaviera.