—¡Sí! —Shen Yan frunció los labios ligeramente y su mirada cayó sobre la tenue luz fuera de la ventana—. La boca de un hombre solo miente, ¡No te creo!
—Si no me crees, ¿qué tal si hacemos una apuesta?
—¿Hm? —Shen Yan miró a Fu Hang con curiosidad.
—Si no puedo hacerlo, entonces seré un gato en mi próxima vida.
—¿No es eso dejarte salir demasiado fácil? —Shen Yan dijo descontenta.
—¿Eh? Pero verte amorosa todos los días, ¡qué shock tendré que pasar!
Shen Yan lo pensó y estuvo de acuerdo con esa lógica. Preguntó a cambio:
—¿Y si ganas?
—Espero que podamos estar comprometidos desde jóvenes en nuestra próxima vida.
...
La noticia de Fu Hang cantando para Shen Yan se esparció como fuego. Al día siguiente, incluso Shen Kun y Jiang Jing lo vieron.
Desde la última vez que Fu Hang vino a la familia Shen, Jiang Jing había recibido un bolso nuevo cada mes. Lo que más le sorprendió fue que el bolso no estaba en su gabinete de colección.