Aprieta los puños con fuerza, Alicia se mordió el interior del labio inferior. Antes de llegar aquí, ya había formulado un plan. Iba a vigilar y seguir a Ezequiel desde este momento, 24/7, hasta que estos dos meses terminaran, y el plazo de los setecientos años se cumpliera. Y si mientras lo seguía, ella veía siquiera una pizca de él intentando romper la maldición o empezando a recordar alguno de sus recuerdos suprimidos, solo había una cosa que quedaba por hacer para Alicia... y eso era...