El silencio se coló dentro de la habitación y la expresión de Alex se volvió indescifrable. Abi se alejó de él, tratando de calmarse. Sabía que no debería haber sacado a relucir este tema en esta situación porque tenían algo mucho más importante de lo que ocuparse por ahora, pero no pudo evitarlo.
Justo cuando dejó escapar un suspiro, unos brazos cálidos y fuertes la envolvieron por la cintura desde atrás. Sintió el rostro de Alex descansar en el filo de su hombro y la abrazó silenciosamente. Y eso fue suficiente para calmar el corazón atribulado de Abi.
—¿Mejor? —su hermosa y profunda voz resonó suavemente en su oído. Antes de que se diera cuenta, se giró y lo abrazó también.
—Mmm —murmuró contra su pecho cuando un golpe los atrajo hacia la puerta.
Kai emergió de la puerta. —La reina bruja dijo que partimos en una hora.
...
En el patio, los vampiros de élite ya se habían reunido.